CUADERNO DIDÁCTICO PARA EL LIBRO "EL BUEN AMIGO"
José Rienda
ISBN: 978-84-89739-81-9 · Rústica
56 pp.
Como señala el profesor Emilio Ballesteros, dentro de la llamada literatura infantil y juvenil suelen abundar las obras destinadas a ese público que, respondiendo a unos esquemas rígidos y manidos, las hacen entretenidas, asequibles..., pero siempre convencionales y a menudo huecas.
Es difícil encontrar una obra cuya lectura proporcione verdadero gozo, tanto a un público juvenil como a cualquier lector adulto con sensibilidad que la realice. Por ello se agradece tanto el hallazgo de una que cumpla satisfactoriamente esta premisa. Éste es el caso de El buen amigo de José Rienda.
La dilatada experiencia del autor como bibliotecario, su vocación docente y su interés e implicación en las tareas de promoción de la lectura, además de su inquietud creadora como poeta, le han permitido, por una parte, escribir un relato cargado de poesía, y por otra, la confección de este práctico y útil Cuaderno didáctico para el libro «El buen amigo», con numerosas actividades complementarias que ayudarán a los lectores juveniles, bien dirigidos por un docente capaz, a entender mejor el libro y a desarrollar sus dotes literarias, el amor y el gusto por la poesía e incluso a mirar la vida de una forma más rica y humana.
En El buen amigo son muchos los momentos que propician la ‘intertextualidad’ o lo que en los proyectos educativos se tilda en la actualidad como ‘transversales’: menciones a autores como Machado, Rubén Darío, Miguel Hernández...; alusiones a la flora y fauna de la Vega de Granada, referencias a la historia de Granada y su época más brillante, el Reino nazarí, anotaciones incluso a aspectos como la evolución del lenguaje o sobre la artesanía tradicional e industrial de claro abolengo andalusí, descripciones tan cargadas de poética plasticidad, que parecen pedir su plasmación desde distintas técnicas pictóricas con los coloridos que el autor utiliza, etc., sin olvidar el comentario a los aspectos estéticos y evocadores de las fotografías que el libro contiene, pues no faltan la ruina llena de romanticismo, el ventanuco de la buhardilla, el árbol leñoso, el zaguán de baldosas de barro, la calle singular o la vieja instantánea escolar de aula antigua con pupitres inclinados y el maestro en añorada pose magistral.
El tono confidencial que el narrador utiliza y las expresiones en que interpela al lector, incitan su complicidad, y todos estos elementos juntos contribuyen a la enorme alegría y plenitud que se sienten al final de su lectura, la rara emoción que lleva a mirar el horizonte con algo extraño en el corazón.