La mayor parte de las versiones del Dao De Jing consisten en una valiosa intenci¢n de traducir el texto, dejando la interpretaci¢n al lector. Esto tiene un valor innegable, pero ¨por qu‚ no tratar de describir una interpretaci¢n lo m s fundamentada posible de este important¡simo libro? Todas las traducciones son, en £ltima instancia, versiones. No es posible traducir sin interpretar, pues no hay otra manera de tener la sensaci¢n de haber seleccionado la palabra correcta. Pero cuando no es posible, por las m s diversas razones, confrontar con la opini¢n del autor, la traducci¢n deviene en un acto conclusivo y especulativo en proporciones variables. Por consiguiente, cabe como leg¡timo el antojo de expresar lo que se pens¢ y las razones que sustentan cada opini¢n en lugar de dejarlas omisas. Pero en esas razones de sustentaci¢n no pueden faltar, a m s diversos comentarios que se hubieren podido compilar, la intenci¢n de reconocer las ideas del autor siguiendo cada expresi¢n, cada concepto, cada tema, cada juicio, a lo largo del texto, pues necesariamente se habr de evidenciar una coherencia y una consistencia
