Invierno de 1937. Me evacuan hacia Francia en un cami¢n. Nos aglutinan unos contra otros. El fr¡o es glacial. Cuando hab¡amos pasado la frontera amontonados como el ganado en el cami¢n, ten¡amos los dedos helados y mucho m s el coraz¢n para sonreir. Durante tres a¤os, los saba¤ones se reprodujeron record ndome la terrible traves¡a.