No hay libro más viajero que el Quijote. Como un buen libro de caballerías, cuenta el viaje de su protagonista por las tierras a las que le lleva su destino. La Mancha, Aragón o Barcelona serán los espacios propicios para que las aventuras, tanto caballerescas como amorosas, tengan su desarrollo. En el Quijote están cifrados todos los caminos, todo el polvo de tantos caminos que uno, sin querer, termina haciéndolos al andar. Pero además el Quijote es un viaje al interior de los sueños, a la voluntad de querer ser, y de luchar para que ese sueño se convierta en una realidad creadora.
Desde aquella primera traducción de Thomas Shelton al inglés en 1612 hasta la última que se está ultimando en estos momentos para formar parte del Quijote Uniiversal. Siglo XXI, las aventuras quijotescas han sido traducidas a más de 170 variedades lingüísticas. Se dice pronto. No hay libro que tampoco pueda compararse al Quijote.
José Manuel Lucía Megías. Presidente de honor de la Asociación de Cervantistas.
Con motivo de editarse hace cuatrocientos años la segunda parte de El Quijote, Julián Fernández -en recuerdo del XXX aniversario de su empresa, Producciones Amichi, S.L- edita la obra en cántabro, como ha venido haciendo en otras lenguas de comunidades que cuentan también con un viejo habla, caso del extremeño, andaluz, leonés, asturiano y aragonés, obra colectiva que con el título El Quijote Universal, siglo XXI, se presentó en la Biblioteca Nacional el 12 de diciembre de 2016. Con la colaboración en el proyecto de la Asociación La Otra Andalucía, la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid y Antonio Machado Libros, ofrece más de cien nuevas traducciones de las que casi cincuenta se refieren a lenguas o variedades lingüísticas que traducen El Quijote por primera vez.
Se trata de una obra de una interesante aportación que sin duda interesará a los coleccionistas, si bien siempre hemos reconocido -como en su momento hicieron brillantes escritores cos