Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca
Mi religión y otros ensayos breves.
Soliloquios y conversaciones.
Contra esto y aquello.
Discursos y conferencias.
Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca es el primer ensayo que escribió. Se trata de su tesis doctoral, enmarcada en los primeros años del autor, cuando su interés intelectual miraba hacia cuestiones vascófilas. Una muestra de su prolífica actividad ensayística es la publicación, en sólo tres años, de tres libros de ensayos: Mi religión y otros ensayos breves (1910), Soliloquios y conversaciones (1911) y Contra esto y aquello (1912). En el primero casi todos los ensayos son de concepción independiente y algunos motivos serán recurrentes en su obra posterior. El segundo libro de ensayos contiene reflexiones personales de diversa índole que conviven con artículos dialogados. En cuanto al título de Contra esto y aquello resulta engañoso, pues el propio autor niega su carácter polémico. La temática literaria es lo que da homogeneidad a estos ensayos y se centran en obras o autores concretos inspirados en las muy variadas lecturas de este prolífico autor. Discursos y conferencias nos acerca a su perfil de orador público y nos da una visión completa de la coherencia de su pensamiento. Muchos de estos discursos conservan al cabo de un siglo toda su vigencia, como ocurre con la ponencia “La enseñanza universitaria” de 1905.
Del autor
El carácter confesional de gran parte de sus obras y las muchas páginas personales que publicó en vida han permitido reconstruir la biografía de este autor. La temprana muerte de su padre y el bombardeo de su Bilbao natal, en la segunda guerra carlista, marcarán su vida y buena parte de su producción. Estudió Filosofía y Letras en Madrid, pero regresó a Bilbao para preparar oposiciones, mientras publicaba en la prensa local. Su periodo formativo se cierra en 1899, año en que se casa y obtiene la cátedra de Lengua griega en la Universidad de Salamanca. Su obra crece aún más en la década siguiente, junto a su fama de hombre individualista y polémico: su imagen pública es antimonárquica y censoria con la Dictadura, hasta el punto de exiliarse a Francia, voluntariamente, en señal de protesta, para combatir al Régimen desde allí, junto a otros intelectuales. Tras seis años de exilio, regresa a España como rector hasta que la muerte de su esposa y la decadencia de la República empañan su ánimo y se recluye en casa hasta su muerte en 1936.
