Probablemente, de una marina cuyo historial figuren derrotas tan importantes como Trafalgar o Aboukir, tres fracasos consecutivos intentando la invasión de Inglaterra -a cargo de Luis XIV, Luis VI y Napoleón Bonaparte- y otras tantas tragedias aniquiladoras como las de Tolón en 1707, 1793 y 1942 (con pérdida de centenares de barcos de guerra) poco cabría esperar cinco siglos después de haberse fundado salvo la extinción o una presencia testimonial. Pero la marina francesa, realista o republicana (pero siempre la Royale) vive y resulta prodigio en sí mismaa, pues, habiendo llegado 250 años tarde a todos los grandes descubrimientos, aún fue capaz de aportar grandes navegantes como el conde la La Peróuse o su primer vueltamundista, el inefable Louis Antoine de Bougainville.
