Este primer volumen de ®A solas con Dios¯ corresponde a la noche de entrada y a la primera sesi¢n o el primer d¡a de Ejercicios. Iniciamos con esperanza esta experiencia deseando alcanzar algo concreto para que nuestra vida mejore. La esperanza es esa hermosa virtud teologal por la que confiamos en que Dios nos d‚ los bienes prometidos y nosotros confiamos conseguirlos. Pero habr que empezar por cuidar nuestro estado de nimo para gozar en la misma espera. Nuestra esperanza no es carencia. Durante su trayecto a la prisi¢n, un cardenal vietnamita, que iba a permanecer 13 a¤os, de1975 a 1988, en un ®campo de reeducaci¢n¯, recordaba c¢mo otro cautivo durante doce a¤os, dijo cuando fue liberado: ®He pasado la mitad de mi vida esperando¯. Y dej¢ esto escrito: ®Es una gran verdad: todos los prisioneros, incluido yo mismo, esperan cada minuto su liberaci¢n. Pero despu‚s decid¡: ?Yo no esperar‚. Voy a vivir el momento presente colm ndolo de amor?. No es una inspiraci¢n improvisada, sino una convicci¢n que he madurado durante toda la vida. Si me paso el tiempo esperando, quiz s las cosas que espero nunca lleguen. Lo