Dos partes que emplean sus fuerzas y sus armas en combatir establecen una lucha. Queramos o no, nuestra vida es un combate entre la libertad y la tiran¡a, el ego¡smo y la fraternidad, la indiferencia y el compromiso. Jes£s se esforz¢ por conseguir una humanidad fraterna, libre y de iguales, no de subordinados. Satan s, fuerza del mal, enga¤a a los hombres con el atractivo del poder y el ego¡smo. La lucha prosigue entre los adictos a Jes£s y los que se dejan llevar por los valores de este mundo. Jes£s no ha dejado ®fuera de combate¯ a Satan s y sus t cticas; prosigue peleando desde la debilidad y el amor por el Reino. ÿ