“Más que una narración figurativa,
un abstracto poema en prosa
que pide ser leído apelando a los cinco sentidos,
pero entremezclados en iluminadora sinestesia:
viendo los olores, oliendo los sonidos, oyendo los colores,
saboreando las texturas,
palpando los sabores de este sensual
y delicado abecedario de flores.”