En principio este libro hab¡a de ser un grito constante, un dolor por quienes no tienen a quien doler. No falta motivo, no faltan ocasiones. En principio este libro deb¡a ser puro, una bandera contra la miseria que muchos extienden, y muchos m s consentimos. Pero entre sus p ginas fueron cayendo versos ego¡stas, historias sin justificaci¢n de un solo hombre. Eran la voz de otras grietas, de otras roturas, por donde el coraz¢n tambi‚n sangra. Y no pude borrarlas, no me juzgu‚is con dureza, para el dolor cotidiano no encontr‚ mejor b lsamo.