?Con sobrada raz¢n se me podr¡a preguntar que c¢mo me atrevo ?aun bajo el est¡mulo de un desaf¡o? a componer un ensayo sobre la historia inglesa, por muy popular que aspire a ser, yo, que no pretendo lucir con erudici¢n de especialista; yo, que no soy m s que un hombre del p£blico. A esto respondo que s‚ al menos lo bastante para asegurar que todav¡a no ha escrito nadie una historia desde el punto de vista del p£blico. Las que solemos llamar historias populares, m s bien debieran llamarse antipopulares. Todas, casi sin excepci¢n, est n concebidas en contra del pueblo: o lo ignoran, o intentan demostrar laboriosamente sus errores.?