Un niño de pueblo llega al mundo una fría noche de otoño a la luz de un viejo candil. No imagina que ese arcaico artilugio le acompañará durante toda su existencia iluminando cada momento de su vida. En su infancia, alumbrando las primitivas viviendas que se ve obligado a habitar debido a los constantes cambios de destino de su madre. En su niñez, dando resplandor a su numerosa familia. En su adolescencia y juventud, al heredar, a veces con desgana, el apodo de su padre “Candiles”. Y en su madurez, prendiendo la llama que guiará a su nieta Lucía en el recuerdo de sus antepasados
acido en Salobralejo en 1958, ‘Candiles para Lucía’ relata su la historia de su familia “en sus constantes idas y venidas por diversos pueblos de la geografía abulense, como Los Cuartos (cercano a El Barco), Las Majadas (El Arenal), Hoyos del Espino, Salobralejo, Solosancho y Ávila”.
“Hace años comencé a recopilar información y a tomar notas para escribir una autobiografía con el objeto de recordar a la familia, y que sirviera como regalo a mi primer nieto, si lo tenía”, por lo que “el anuncio de la venturosa llegada de Lucía al mundo desencadenó esta pasión por la escritura”.
En verano de 2015 salió a la luz ‘Candiles para Lucía’ con una edición de 300 ejemplares en papel, “y para sorpresa mía, entre los pueblos de la zona, y Terrassa, donde resido, distribuí todos y unos 200 más entre Ebook y PDF”. A raíz de presentar la obra certamen literario sobre Valores Humanos de la UCAV, desde el jurado le felicitaron y le animaron a publicarla.
La obra parte de como él llega al mundo “una fría noche de otoño a la luz de un viejo candil sin que imagine que ese arcaico artilugio le acompañará durante toda su existencia iluminando cada momento de su vida”. Los cambios de destino de su madre maestra marcan su niñez en una familia numerosa de 13 hermanos, así como heredar el apodo de su padre, ‘Candiles’.
Según González, también narra “la sufrida vida del mundo rural entre los años 1958 y 1973, años duros de penurias y miseria, la nobleza y la dureza del trabajo en el campo, las aventuras y desventuras de los niños de pueblo, el amor a la familia y a la tierra, y la dicha de jugar en la calle sin juguetes”.
Y recuerda “la influencia de la religión y el régimen, los maestros de entonces, la sabiduría de la Enciclopedia Álvarez, la modernidad de la televisión... y finalmente el ingreso en el Colegio Diocesano, el adiós a vagar libremente por las calles del pueblo”.
Moisés González (que publica un blog con sus vivencias) presenta el libro en localidades de la provincia: el sábado estuvo en Hoyos del Espino y el domingo de Muñogalindo. En próximos días lo hará en Piedralaves (día 11), Hoyocasero (13), Solosancho (17) y Cebreros (25).
Diario digital de Ávila
