CARTOGRAFO DE LA REINA EL MEMORIAS DE JUAN DE LA COSA GALERNA KATTIGARA

CARTOGRAFO DE LA REINA EL MEMORIAS DE JUAN DE LA COSA GALERNA KATTIGARA. MEMORIAS DE JUAN DE LA COSA

Editorial:
KATTIGARA
Año de edición:
ISBN:
978-84-613-8589-8
Páginas:
464
Encuadernación:
RÚSTICA
Colección:
GALERNA
Disponibilidad:
Agotado

19,00 €

La novela que cambiará tu visión del Descubrimiento de América. Con este título se estrenó la Editorial Kattigara en el año 2010 y hoy día sigue contándose como su mayor éxito. También hay versión ebook.

Título: El cartógrafo de la reina (Memorias de Juan de la Cosa)
Autor: Javier Tazón Ruescas
Editorial Kattigara, Colección Galerna, 2010
Prólogo: Francisco Cuena Boy
ISBN: 978-84-613-8589-8
Encuadernación rústica cosida
458 págs. A5 vertical
PVP 19 €

Se ha dicho de este libro...

Una novela a tener en cuenta (La Aventura de la Historia, núm.141, julio de 2010).

El relato que nos propone Javier Tazón es en suma seductor, muy grato de leer, además de bien documentado (Boletín de la Sociedad Geográfica Española, núm.36, julio de 2010).

Pasión, querencia y deuda histórica se han fundido en tres años de investigación, inmersión literaria y retrato con oficio (Diario Montañés, 4 de abril de 2010).

Este libro es no solo de lectura obligatoria sino también necesario en el ámbito histórico actual (Hislibris, 20 de diciembre de 2010).

Me ha gustado. No le falta nada de lo que tiene que tener una novela histórica: contexto, personajes reales y la dosis de ficción imprescindible para mantener la intriga. Y destacaría el lenguaje: claro (algo lamentablemente escaso hoy en día incluso entre los escritores profesionales), de léxico rico y ajustado a la época. Enhorabuena (José Javier Muñoz, escritor).

Sinopsis:
¿Quién descubrió América? ¿Fue Colón, como las conveniencias de la Historia nos hicieron creer? ¿Por qué los Reyes Católicos apoyaron la empresa? ¿Qué oscuros intereses se escondían tras las Capitulaciones de Santa Fe?
Juan de la Cosa, marino de Santoña afincado en Puerto de Santa María, científico, navegante pionero, hombre de confianza de la Reina Isabel I de Castilla y protagonista de aquellos hechos, tiene las respuestas.
A petición de la familia Pinzón, Juan de la Cosa redacta sus memorias para usarlas como testimonio en un juicio. Quieren que se reconozca a Martín Alonso Pinzón el mérito de haber sido él quien en verdad descubrió las Indias Occidentales. El cartógrafo de la Reina, espía de la Corona, autor del primer mapamundi moderno de la Historia, cumple el encargo y narra la conspiración de los banqueros italianos con don Fernando de Aragón, que se las ingenian para que doña Isabel de Castilla firme unas capitulaciones en las que se conceden extraordinarios poderes al oscuro Cristóbal Colón.
Describe también el viaje de 1492 con todos sus incidentes, incluido el motín de a bordo, la búsqueda alocada de Babeque y del oro, el contagio de la sífilis a la marinería, los sabotajes en las Canarias y las penalidades del tornaviaje. El cartógrafo es crítico en extremo con el comportamiento del Almirante, quien resulta, más que un navegante, un conspirador de salón, hábil propagandista de sí mismo, hombre dispuesto a pasar por encima de todos para lograr sus fines. Tras la muerte de Juan de la Cosa, su escribano y amigo Lope de Haro toma la pluma para narrar el fin heroico del gran marino en la selva de Turbaco, el 28 de febrero de 1510.
Una nueva visión del Descubrimiento, basada en las más modernas investigaciones. Todo lo que aquí se cuenta es novedoso: la ruta del descubrimiento, el lugar del desembarco, el origen de Colón, las intrigas y asesinatos previos al Viaje. Nadie quedará indiferente ante la Historia tras leer esta obra. Conspiraciones políticas y palaciegas, espionaje, el mapa perdido de Al-Idrisi, traición, amor y muerte se dan la mano en esta trepidante novela, que nos acerca a Juan de la Cosa y su época.

Quién descubrió América? ¿Fue Colón? ¿Por qué los Reyes Católicos apoyaron la empresa? ¿Qué intereses se escondían tras las capitulaciones de Santa Fe? Juan de la Cosa, marino de Santoña aficando en Puerto de Santa María, científico, navegante pionero, hombre de confianza de la reina Isabel I de Castilla y protagonista de a quellos hechos, tiene las respuestas. A petición de la familia Pinzón, Juan de la Cosa redacta susmemorias para usarlas como testimonio en un juicio. Quieren que se reconozca a Martín Alonso Pinzón el mérito de haber sido él quien en verdad descubrió las Indias Occidentales. El cartógrafo de la Reina, espía de la Corona, autor del primer mapamundi moderno de la Historia, cumple el encargo y narra la conspiración de los banqueros italianos con don Fernando de Aragón, que se las ingenian para que doña Isabel de Castilla firme unas capitulaciones en las que se conceden extraordinarios poderes a Cristóbal Colón. Describe también el viaje de 1492 con todos sus incidentes, incluido el motín de a bordo, la búsqueda alocada de Babeque y del oro, el contagio de la sífilis a la marinería, los sabotajes en Canarias y las penalidades del tornaviaje. El cartógrafo es crítico en extremo con el comportamiento del Almirante, quien resulta más que un navegante, un conspirador de salón, hábil propagandista de sí mismo, hombre dispuesto a pasar por encima de todos para lograr sus fines. Tras la muerte de Juan de la Cosa, su escribano y amigo Lope de Haro toma la pluma para narrar el fin heroico del gran marino en la selva de Turbaco, el 27 de febrero de 1510. Una nueva visión del Descubrimiento, basada en las más modernas investigaciones. Todo lo que aquí se cuenta es novedoso: la ruta del descubrimiento, el lugar del desembarco, el origen de Colón, las intrigas y asesinatos previos al Viaje. Nadie quedará indiferente ante la Historia tras leer esta obra. Conspiraciones políticas y palaciegas, espionaje, el mapa perdido de Al-Idrisi, traición, amor y muerte se dan la mano en esta trepidante novela, que nos acerca a Juan de la Cosa y su época.

¡Cuantos valles e flores, llanos y deleitosos! ¡Cuantas costas de mar con muy extendidas playas y muy excelentes puertos! ¡Cuantas fuentes frías y calientes, muy cercanas de otras…!

(Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia general y natural de las Indias.)

Existen lugares que son de visita obligatoria una vez al año. Lugares que han de ser visitados no solo por curiosidad sino también por respeto a los tesoros que alberga. Uno de esos enclaves esta aquí, en Madrid, El Museo Naval no muy lejos de la soberbia pinacoteca del Museo del Prado. Son numerosas las salas por donde el turista inocente o el avezado historiador pueden andar y aprender, para su solaz, la historia marítima de España y gran parte de Europa. Historia sin la cual no es posible comprender gran parte de nuestro pasado y nuestro futuro. Cuadros con escenas famosísimas de valientes marineros y peligrosas batallas; estatuas de gallardos almirantes y globos terráqueos que alguna vez fueron el asombro del mundo pasado; flamantes insignias y brillantes condecoraciones jalonan y acompañan a victoriosas banderas. Trafalgar, Cabo San Vicente, El Callao, Lepanto… voces que embriagan al visitante y le hacen rememorar hechos y lances de la Historia Marítima española.

Y entre tantas riquezas se alza solitario en una mesa, como joya de la corona, un mapa, un solitario mapa que fue causa y pasmo de sus contemporáneos. Un mapa que enseñó al hombre moderno que más allá de sus costas había otras tierras tanto a Poniente como a Levante y que no existían monstruos que guardaran las puertas del Infierno, sino un mundo rico por explorar para mayor honra de la humanidad. Ese mapa que luce con luz propia es la gran obra de un hombre, un pionero que soñó con un mundo mejor, que viajó sin descanso por medio mundo y que aprendió que la libertad de conocimientos bien vale un reino. Ese hombre es Juan de la Cosa, y ese mapa es el Mapamundi creado en 1500.

La novela que en estos momentos tengo entre las manos trata la vida de este hombre, este titán de la historia, desde sus comienzos como marinero y cosmógrafo hasta el final de sus días en la brava lucha que mantuvieron los aguerridos españoles en las selvas de Turbaco el 27 de febrero de 1510. Juan de las Cosa fue un hombre nuevo en su época, un hombre que no podía estar quieto y encerrado entre cuatro paredes mientras hacía mapas de oídas. No. Tenía que viajar más allá, recorrer las mismas líneas que había dibujado en sus mapas. No pudo morir en su amada tierra norteña de Santoña sino entre un infierno verde, pero contento con haber entrado por la puerta grande la Historia. Se hacía necesario, por tanto, escribir una novela sobre este gran hombre. Y qué mejor escritor y mejor ejemplo para estas lides que Javier Tazón Ruescas y su obra El Cartógrafo de la Reina, Memorias de Juan de la Cosa editado por la Editorial Kattigara (2010).

¿Quién es este autor que ha tenido como misión devolver a la figura del gran cosmógrafo a la vida? ¿Por qué una novela biopic de este marinero? El mismo escritor responde con su magnífica escritura a estos interrogantes. Javier Tazón Ruescas (Santander 1953) al igual que Juan de la Cosa es oriundo de la bella tierrac ántabra. Un hilo trascendental y simbólico les une a través del tiempo. Pero al revés que su compatriota, Javier es licenciado en Derecho y a lo largo de los años ha tenido diferentes oficios acercándose al ámbito de la gastronomía, organizando cofradías y asociaciones sobre el rico río de oro llamado sidra. Como decía aquel eterno manco de Lepanto, «Quien viaja mucho y lee mucho, sabe mucho y conoce mucho», este santanderino, gracias a sus vivencias comenzó a escribir produciendo su primer libro, El Trujal, cuentos, leyendas e historias sobre el mundo de la sidra en Cantabria (Cantabria Tradicional, 2007). A partir de aquí se le ha abierto un vasto mundo para dar a conocer sus futuras obras que esperemos pronto estén a disposición de todos los amantes de la literatura. Por ahora tenemos entre nosotros este grandísimo libro, El Cartógrafo de la Reina (2010) con el que podemos solazarnos con su lectura.

Este libro que nos presenta el autor es no solo de lectura obligatoria sino también necesario en el ámbito histórico actual. Normalmente para el gran público el Descubrimiento y Conquista de America sólo gira en torno a grandes nombres como Cristóbal Colón o el mismísimo Hernán Cortes. Después en el Olimpo cotidiano pueden sonar algunos nombres como los de los Hermanos Pinzón, y poco más. Quien tiene algún conocimiento o ha tenido el gusto de leer algún libro o fragmento más especial sobre esta época de laHistoria llega a conocer a otros conquistadores y descubridores como Pizarro, Ojeda, Núñez de Balboa o el curioso Cabeza de Vaca, entre otros. Pero curiosamente la figura de Juan de la Cosa queda algo arrinconada, en segundo plano pareciendo que las hazañas de este santanderino solamente fueran de acompañamiento en los barcos de Colón o en las correrías de los conquistadores frente a costas ignotas. Por eso este libro es necesario para poner a este gran hombre en su sitio, junto a los grandes de la Historia no solo española, sino internacional. Sus logros y avances como cosmógrafo son impresionantes. Sus ideas sobre los elementos marítimos, impresionantes y muy adelantados para su época. No fue un mero polizón y simple entrometido en los primeros tiempos de laConquista de América: viajó hasta siete veces al recién descubierto continente y dibujó el mapa más antiguo conservado de las costas americanas. Hecho que entra, claro está, en grave disputa con el otro gran mapa de la época, el mapa perdido de Al-Idrisi. Gracias a sus conocimientos cartográficos y científicos se pudieron llevar a cabo los primeros viajes más allá del temible Océano. Estuvo en dos viajes de Colón (personaje que no le caía muy bien), y en un tercero posiblemente. Se unió a las grandes expediciones de Rodrigo de Bastidas (1500) y también en la de Alonso de Ojeda y Nicuesa, donde perdió su vida en Turbaco en 1510. Terrible pérdida para la marina española y la Historia de España. Solamente las envenenadas flechas indígenas pudieron arrancarle el alma a este viajero inmortal.

Estos serían los hechos básicos en la vida del gran navegante. Hechos básicos que tendrían que ser recordados por todo el mundo. Pero el autor de la novela, Juan Tazón Ruescas, va más lejos. Además de sumergirnos en la época y vida de Juan de la Cosa, se permite la acertada licencia de hablarnos de otros datos más apasionantes y curiosos desconocidos hasta ahora. Como ya he indicado antes no solamente da un ejemplo de enseñanza al mostrarnos el mundo de los marinos y de la alta política de la recién estrenada nueva época de la Historia, sino que también habla de ciertos aspectos ignorados en la vida del protagonista. El autor del primer Mapamundi no solo surcó los mares sino que también lo encontramos envuelto en los turbios asuntos económicos de don Fernando de Aragón y la conspiración de los banqueros italianos. Aparecen conspiraciones políticas, palaciegas, traiciones, espionajes y amores. Increíble para una persona que sólo aparece como simple marinero a bordo de dudosos cascarones de madera en impetuosos mares. El autor no da un fresco maniqueo de los primeros viajes a America. Nos habla de la oscura figura de Don Cristóbal Colón y sus manejos extraños y codiciosos durante la travesía inmortal que le hará entrar en la Historia. Presenciamos capítulos que los libros de Historia han silenciado a veces por misteriosos o porque no suponían una política correcta para enseñar a sus alumnos y de esta manera no arrastrar el halo impoluto de muchos personajes ensalzados por la historiográfica. Vemos por ejemplo los intentos de sabotaje que sufrieron los barcos en Canarias y las terribles pruebas que padecieron los marineros solo para que un desconocido genovés pudiera colmar sus ansias y anhelos.

Juan de la Cosa fue un adelantado para su época. Sus conocimientos, solo tal vez igualados en parte por Colón, nos descubrieron un mundo que parecía vedado para los europeos de aquella época. No solo fue un gran navegante y cartógrafo al servicio de la Corona de España sino que supo aunar en sí el espíritu de una nueva época de descubrimientos y hazañas increíbles. Javier Tazón Ruescas a través de su libro El Cartógrafo de laReina, ha sabido transmitirnos la figura de este personaje en todo su esplendor y nos hace revivir página a página cómo se vivía en aquella época y cuales eran los sueños y deseos de este santanderino que veía más allá del mar y que soñaba con mostrar el mundo en todo su esplendor. Les recomiendo su lectura, no les defraudará, se lo aseguro. Y ahora cuando vayan alguna vez al Museo Naval y tengan delante aquel extraño Mapamundi sabrán quién lo hizo, quién tuvo el cuidado y el mimo de plasmar todo un orbe de conocimientos, y quién era aquel cartógrafo de la reina que tuvo la valentía de descorrer el velo de la sabiduría y mostrar las riquezas y bellezas de un planeta sin fin.