Cuando el joven Magreb se traslada a palacio, el soberano de Sharibalte lleva ya tres años postrado en su lecho y el futuro monarca Luz de Luna es poco más que un niño solitario que acaba de perder a su madre. El recién llegado trata de entablar amistad con su hermano mayor, pero este le corresponde con oscuras intrigas que le permitirán utilizarlo a modo de chivo expiatorio cuando llegue el momento.
A medida que su majestad se acerca más y más al final de sus días, la relación entre los príncipes se emponzoña paulatinamente como consecuencia de las atenciones de Dobby.
