El elefante rubio se peina con gomina, usa gafas de sol, calza botas de montar, blanquea sus colmillos con bicarbonato y se riza la trompa con rulos de acacia. A pesar de estas apariencias, no es el macarra de la sabana sino tan sólo un paquidermo elegante que huye de manadas, rebaños y otras aglomeraciones mamíferas. Nadie ha logrado avistarlo, pero dicen que sus ojos azules guardan los secretos de la vida salvaje. Tampoco nadie ha logrado fotografiarlo.
Pilar Albajar y Antonio Altarriba conforman una pareja nada habitual en el mundo de la fotografía. Él actúa como guionista estableciendo los temas de las series y diseñando cada una de las fotos, mientras ella se encarga de la puesta en escena y de la realización. Pioneros en la exploración de la imagen digital, perfeccionan las técnicas tradicionales del fotomontaje y conectan con la estética surrealista. Pero su obra, además de la sorpresa derivada de los encuentros imprevistos, contienen una fuerte carga simbólica que proporciona una visión ácida y con frecuencia irónica de la contemporaneidad. Reivindicadas tanto por los sectores más experimentales de la fotografía como por los poetas visuales, sus fotos ejercen una creciente influencia.
