En 1660, en la villa de Guadalc zar, provincia de Tehuantepec, los ind¡genas se rebelaron contra el alcalde mayor. El alzamiento se extendi¢ por varias zonas del Obispado de Oaxaca. Los espa¤oles percibieron la rebeld¡a como un fuego mal‚volo que se hab¡a apoderado del esp¡ritu de los nativos, y los sucesos como un gran incendio que amenaza a toda Nueva Espa¤a. Estas rebeliones indias revisten un enorme inter‚s. No s¢lo se trat¢ de movimientos sociopol¡ticos que se propagaron por regiones enteras e involucraron a centenares de pueblos pertenecientes a diferentes etnias, sino adem s de un levantamiento que cuestion¢ las formas de dominio y explotaci¢n que, en aquel momento, funcionaban como la m‚dula del sistema. La rebeli¢n de Tehuantepec (as¡ designada en referencia a su epicentro generador) es justamente reputada como la m s importante jornada contra la opresi¢n durante el siglo XVII novohispano. Aunque las comunidades no levantaron un plan directamente impugnador del poder real, esbozaron los principios de un proyecto de autonom¡a que, por s¡ mismo, encerraba un alto contenido subversivo frente a las cond
