Desde una perspectiva bourdieana, las evaluaciones externas pueden ser abordadas como sistemas de clasificaci¢n, generadores o promotores de categor¡as y palabras que expresan la realidad social y la construyen. As¡, pueden ser consideradas como sistemas que distribuyen y configuran representaciones sobre el mundo social y educativo, que invitan a verlo de una determinada manera y actuar de acuerdo con ello. Nos ubicamos por tanto en las disputas simb¢licas e instrumentales relacionadas con la construcci¢n de una visi¢n leg¡tima del mundo y de la educaci¢n, enmarcadas en los procesos m s amplios de transformaci¢n de la econom¡a, la sociedad, la cultura y el Estado. En este contexto, la educaci¢n est sometida a m£ltiples presiones y los sentidos de la misma est n siendo revisados, acomodados, cambiados o totalmente transformados. Diferentes mecanismos son empleados para ello con el fin de potenciar ciertas direccionalidades de las pol¡ticas y las pr cticas educativas, entre los cuales es posible ubicar a las evaluaciones externas. Desde estos marcos, ellas pueden ser analizadas como mecanismos de control, re