El Museo del Ejército, heredero del Real Museo de Artillería (desde su creación en 1803 hasta 1929), el tercero más antiguo de España y que combatió con sus cañones el 2 de Mayo de 1808 en el Parque de Monteleón, existió en Madrid desde su nacimiento hasta el año 2005 en que fue materialmente deshecho con la excusa de su totalmente inconveniente traslado a un Alcázar de Toledo ocupado en parte importante por la Biblioteca de la Comunidad y necesitado de ingentes, costosas y difícilmente legales obras. Y decimos cuasi ilegales porque, sobre que la orden de traslado no apareció en ningún BOE, también se hizo en contra del pronunciamiento de la Real Academia de la Historia y vulnerando la ley de Patrimonio, la carta de Toledo-Washington, y las opiniones de la UNESCO, ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios); oposición debida, entre otras cosas, al daño que iba a suponer al edificio histórico del Alcázar.
Además, en Toledo se exponen solo la mitad de los fondos que podían admirar con anterioridad al traslado, por lo que, si recordamos que uno de los pretextos aducidos para el desalojo del Museo de su sede de Madrid era que en el Alcázar se iba a cuadruplicar su superficie expositiva, resulta que, una vez más, la mentira tiene las patas cortas. En el camino se han ¿perdido?, ¿escondido?, al menos a la contemplación pública, gran cantidad de testimonios de nuestra historia antigua, moderna y contemporánea, sea en los escenarios europeos, africanos, del Imperio e incluso de casi nuestros días.
Al expolio del Museo de Madrid y su Sección Delegada en Toledo, se ha unido la del “Museo del Asedio”, borrando prácticamente la Gesta del Alcázar. Así se ha privado al pueblo español del testimonio de lo que ha sido su verdadera Historia. Según el diario El País (de 19-VII-2010), el costo total de la operación ha sido 101’4 millones €, mayor que la ampliación del Reina Sofía (92 M€).
El libro El Expolio del Museo del Ejército – En Busca de un Tesoro Histórico y Cultural Perdido es la cabal historia del Museo, o mejor, de los museos del Ejército, y en gran parte de España, con sus grandezas y sus miserias. Su autor, la Asociación de Amigos del Museo del Ejército de Madrid interpuso dos recursos contencioso-administrativos y ha luchado, y lucha, por su reintegración, si quiera parcial, a Madrid. Por ello, como colofón de nuestro trabajo, hacemos un llamamiento al Gobierno, a la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, para que en la centenaria y hoy abandonada sede del Museo, se agrupe una parte significativa de sus piezas para que puedan ser conocidas especialmente por los españoles más jóvenes. Es, también, la prueba palpable de la ignominiosa política antipatriótica y antimilitar de este Régimen.