En los comienzos de 1844, existía ya un consenso generalizado en España para la puesta en marcha de «una fuerza especial, destinada a proteger eficazmente las personas y las propiedades». Este proyecto toma forma en el Real Decreto de 28 de marzo de 1844, que contempla la creación de un «cuerpo especial de fuerza armada de Infantería y Caballería», bajo la dependencia del Ministerio de la Gobernación, y con «la denominación de Guardias Civiles». La organización del nuevo cuerpo se va a encomendar al prestigioso mariscal de campo don Francisco Javier Girón y Ezpeleta, segundo Duque de Ahumada, entonces Inspector General Militar. Como consecuencia de su primer informe, se va a promulgar un nuevo Real Decreto el 13 de mayo siguiente, presentado a la reina Isabel II por el Presidente del Gobierno y Ministro de la Guerra, capitán general don Ramón María Narváez.
