Era Navidad, yo no la hice feliz.
Por eso estaba aquí, conmigo.
Haciendo del día a día una mala noche.
Alguien llamó a la ventana.
No esperaba la visita
hasta anteayer
Me llevé las manos al corazón de la sorpresa
y
para cuando quise arrancármelo
había soltado la goma.
987 kilómetros por hora,
colisionaron contra mi boca.
Ella lo sabía,
se acabaron los besos.
Era hora de recogerse de nuevo el pelo,
peor alguien me cortó mi trenza.