El autor narra los avatares muchas veces pintorescos y en ocasiones casi inverosímiles de los discípulos de Saint-Simon que, en torno a Enfantin, crearon primero una Escuela y luego una Iglesia y alternaron las experiencias utópicas y monarcales con la iniciativa empresarial y la actividad política. El que los mismos hombres que elaboraron planes para la colonización de Argelia, trabajaron para la expansión del ferrocarril y promovieron la construcción del Canal de Suez intentaran a la vez crear una religión y anunciaran la llegada de la Mujer-Mesías en una paradoja que solo un conocimiento profundo de los escritos y las obras del sansionismo puede llegar a explicar. .
