?En tiempos que podemos llamar precient¡ficos, la explicaci¢n de los sue¤os era para los hombres cosa corriente. Lo que de ellos recordaban al despertar era interpretado como una manifestaci¢n benigna u hostil de poderes supraterrenos, demon¡acos o divinos. Con el florecimiento de la disciplina intelectual de las ciencias f¡sicas, toda esta significativa mitolog¡a se ha transformado en psicolog¡a, y actualmente son muy pocos, entre los hombres cultos, los que dudan a£n de que los sue¤os son una propia funci¢n ps¡quica del durmiente. Pero desde el abandono de la hip¢tesis mitol¢gica han quedado los sue¤os necesitados de alguna explicaci¢n.?