"La niña que nació sin cuerpo" cuenta el robo de niños recién nacidos en las instituciones sanitarias a madres en condiciones económicas desfavorables, que su vez, eran vendidos literalmente a familias más acomodadas que les pudieran dar mejor posición social, sin importar el desgarro que estas prácticas dejaban atrás. Los personajes crecen desde estos despojos a los que son sometidos, con la magia que mueve la imaginación, la fotografía, la honestidad etc.. todo ellos desde la perspectiva de un realismo hiperbólico, donde lo que parece increíble ocurre, y donde la realidad supera con creces la ficción, donde los sanitarios, religiosas, adoptantes y demás personajes socialmente revestidos para los cuidados, esconden tras sus ropajes personajes sin piedad, disfrazados de bondad; mientras, otros con menos posibilidades y más limitaciones, se sobreponen con humanidad y esperanza a sus propias miserias y a los impactos de sus desgracias, con la con la constante presencia y ayuda de una niña rebelde desde la cuna, un espíritu libre, que se enfrenta a la dolorosa tragedia que vive en este trance.
