LA ORUGA EN EL BOSQUE CRECIENTE THE CATERPILLAR IN THE GROWING FOREST

LA ORUGA EN EL BOSQUE CRECIENTE THE CATERPILLAR IN THE GROWING FOREST. EDICION BILINGÜE CASTELLANO - ENGLISH AUTOR DE FERROLTERRA

Editorial:
EURISACES
Año de edición:
Materia
INFANTIL Y JUVENIL
ISBN:
978-84-940638-5-5
Encuadernación:
Rústica
Disponibilidad:
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13,95 €
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Tengo en mis manos el libro de Ramón Loureiro titulado La Oruga en el Bosque Creciente. La primera impresión que siento es la de comprobar que estéticamente es uno de esos libros que se vienen llamando libros-joya. ¡Es una preciosidad! Un libro que ya, desde su portada, merece ser puesto como adorno en una biblioteca en un lugar preferente y no introducido al lado de otros, con lo que sólo se vería su canto. Si los cuadros sirven para deleitarnos al admirarlos, este libro, abierto por cualquier página, se puede mostrar en todo su esplendor, como una obra de arte que es.

A ir hojeándolo, es fácil comprobar cómo Antonio Seijas comprendió perfectamente todo el mundo mágico, tan particular de Ramón, con su bosque encantado, lleno de demochiños ¿por qué no “de-Monchiños”?; el ya conocido Príncipe de Dos Cabezas; la sirena de piedra y la de secano, etc. Pero también el mundo real que circunda al escritor y que lo define en sus afectos y preferencias aparece en estos collages. Vemos a los familiares más queridos de Ramón: su madre y a la ya familiar “miña madriña”; a sus admirados amigos escritores; su afición al deporte (no olvidemos que el libro va dedicado a uno de los mejores corredores de su infancia: Mariano Haro); aparecen también lugares muy queridos por el escritor, como son Caaveiro, Mondoñedo, e incluso los Astilleros Reales (Astano), etc.

Estos dibujos y collages, aunque sirven de explicación gráfica al texto del cuento, de alguna manera ayudan –por lo que sugieren- a que el lector se sumerja totalmente en ese mundo mágico del escritor, en ese bosque en el que la fantasía cobra vida.






En cuanto al texto literario, escrito por Ramón Loureiro, opino como lo hace Luz Pozo: este cuento es pura prosa poética. La forma de expresión es deslumbrante, muy rica en connotaciones que nos trasladan a ese mundo mágico, lleno de seres imaginarios.

Los nombres de los personajes nos transportan ya a un mundo imaginario, como el primero que aparece, que es presentado como El Emperador León Daniel María Bonaparte Resucitado, el Corredor Coronado y con Alas o el entrañable Príncipe de dos Cabezas, uno de los personajes de su obra Las Galeras de Normandía.



Aparecen en este relato muchas características propias del género poético, como son:

Las enumeraciones de diferentes tipos, como la que nos indica quiénes son los ocupantes de la Oruga o la diversidad vegetal que existe en el bosque, que van acompañadas de sus correspondientes adjetivos, escogidos con precisión para darnos la idea de un bosque ancestral y mítico: cerezos bravos, helechos gigantes, castaños medicinales, naranjos salvajes y robles sagrados, todo eso se encuentra en nuestro Bosque Atlántico, a orillas del río Eume que se va extendiendo hasta… las murallas de Mondoñedo, nada menos.

Pero en este bosque no hay ermitaños ni forajidos, como ocurría en los bosques normales; aquí dicen que existen unos demonios que no pueden caernos antipáticos porque lo que pretenden hacer nos hace gracia. Y aquí tenemos el humor del escritor: los demochiños, -como también se denomina a estos trasnos- quieren comerse a los hombres enfermos, débiles, cansados, o a las almas despistadas, para ENGORDAR SIN SOBRESALTOS de ser capturados por los cristianos. Sin embargo su existencia debe ser cosa de habladurías del Mago Merlín, porque nadie los vio por ninguna parte. Estos demochiños se asemejan a los ifrits que aparecen en la colección de cuentos de Las mil y una noche, que también tienen, como aquí un matiz jocoso.

También son poéticas las figuras estilísticas que aparecen en una serie de estructuras repetidas cuando nos habla de los personajes que van en el interior de la Oruga; la musicalidad que otorgan al cuento se logra con la repetición de la estructura desde…, hasta, como vemos:



[…]en cuyo interior hay desde vigías hasta fotógrafos

desde colombófilos […] hasta astrónomos […]

desde cocineros hasta meteorólogos […]





El cuento nos recuerda la escena del “bosque que avanza” de la tragedia Macbeth, de Shakespeare, pero aquí no son los hombres los que se cubren con ramas para imitar un bosque; en este cuento es el bosque mismo el que se expande y los invitados son los que se desplazan, muy cómodos, dentro de la Oruga, que recuerda a un café Gijón andante, pues allí hay, entre otros, camareros y cocineros, y se reúnen personas que disfrutan charlando, leyendo, y observando el exterior por las ventanas, sin peligro alguno.



Lo importante de toda obra poética es lo que sugiere y cómo lo sugiere. El contenido que se quiere transmitir y la forma de narrarlo. En La Oruga en el Bosque Creciente el autor y el ilustrador son capaces de trasladarnos, por medio de la palabra, del dibujo y la composición gráfica en forma de collage al universo real e imaginario de Ramón Loureiro, en una mezcla de fantasía y realidad, del pasado remoto, próximo y presente, donde siempre quedan de manifiesto sus sueños, amistades, aficiones y en suma, todas sus querencias.



M. Eva Ocampo Vigo

poesiaynovela.blogspot