Después del éxito de “Nisman Debe Morir”, Daniel Santoro lanza su nuevo libro “La ruta del dinero K” donde revela detalles inéditos de la conexión local e internacional de los movimientos millonarios de planta negra de Lázaro Báez y otros empresarios K. La investigación revela los pormenores del video que difundió Telenoche y muestran a Martín Báez contando millones de dólares, junto a sus socios, en La Rosadita. Conecta a fondo a Báez con Néstor, Cristina y Máximo y adelanta cómo la ex presidenta y el diputado deberán en los próximos meses rendir, por primera vez en doce años, cuentas a la Justicia. Todo sin dejar de narrar los vínculos de Leonardo Fariña, Federico Elaskar y Martín Báez con la farándula mientras se mostraban en autos importados y viajaban en vuelos privados a Miami. Y sobre todo con decenas de documentos que el periodista subió a su blog http://www.Santoroinvestiga para que el lector, en una experiencia inédita, pueda verlos y comprobar lo que se dice.
En otra parte del libro, relata con lujo de detalles el frustrado juicio político al fiscal José María Campagnoli, el primero que investigó a Lázaro Báez hasta que le sacaron la causa con la complicidad de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. También da a conocer cómo el gobierno de Cristina Kirchner usó el falso secuestro de Servero Caballero en el 2012 para sacar de la tapa de los diarios a un paro de Gendarmería y Campagnoli pidió la indagatoria del ex director de Operaciones de la SIDE, Antonio Stiuso, cuando todavía era un personaje poderoso. Durante ese juicio Santoro fue uno de los pocos periodistas que fue convocado como testigo. Además, cuenta cómo la Unidad de Información Financiera y la AFIP, entre otros organismos, taparon informes de operaciones sospechosas de Báez por unos 900 millones de pesos. Por su trabajo, el periodista fue perseguido por la SIDE K y querellado por varios de los investigados que querían tapar el caso. Con ritmo de novela policial, el periodista revela uno de los misterios de este caso: quiénes eran los dueños de la empresa fantasma Aldyne de las islas Seylchelles, la madre de 148 firmas de cartón creadas en Las Vegas. Luego descubre que el estudio jurídico del presidente del club de fútbol Peñarol de Montevideo, Juan Pedro Damiani, tuvo un rol clave en la creación de Aldyne. Mientras el gobierno de Cristina Kirchner denunciaba inexistentes complots entre medios, fondos buitre y jueces argentinos y norteamericanos, Santoro se concentra en las cuentas bancarias de los asesores de Lázaro Báez y detectó inversiones en Suiza, EE.UU. y otros países que fueron incorporadas a la causa por lavado de dinero del juez Sebastián Casanello. Una de los hechos narrados es el descubrimiento de que Báez tiene parte de los 22 millones de dólares bloqueados por la justicia suiza a nombre de una fundación que integran él y sus cuatro hijos. En el camino, relata que la empresa uruguaya PT BEX –que intervino en el caso Bárcenas del partido Popular de España- también fue usada como vehículo financiero de esta ruta del dinero kirchnerista. Se mete en el entramado del sistema financiero “blue” de la City porteño donde se mezcla Lázaro Báez con Garbarino y ex funcionarios menemistas. Un libro imperdible para entender lo que pasó y lo que se viene sobre el futuro Cristina Kirchner, la presidenta que creó un “muro de protección judicial” a su alrededor para intentar no terminar, como Menem, en el banquillo de los acusados. Mientras en el macrismo, finaliza el libro, se desató una interna entre aquellos que quieren apoyar las investigaciones judiciales para acelerarlas y aquellos que quieren poner una freno para no ponerla en el rol de víctima.
Documento 1 del libro. La primera sociedad oficial entre Néstor Kirchner y Lázaro Báez en el 2005.
