?En breve se form¢ una cola de gente con mi libro para que se los firmara. No era la primera vez que lo hac¡a pero me sent¡a importante, lo que esbozaba una sonrisa en mi rostro. Los primeros libros que present‚ fueron de relatos cortos como antes mencion‚, alg£n que otro ensayo hist¢rico y alguna que otra novela. Pero al ser este libro m s t‚cnico, m s cient¡fico, era m s atractivo para los estudiantes de dicha materia y para los lectores t‚cnicos en este aspecto. Con una sonrisa en mi cara, y lleno de ilusi¢n, firmaba uno tras otro, bromeando con la mayor¡a de ellos. Sent¡ curiosidad por una joven universitaria que quer¡a un par de firmas tan solo. Una para el libro y otra en su pecho. Me cort‚ un poco y enmudec¡. Qu‚ suerte!, exclam‚ al ver aquel angelical rostro, y que cara ten¡a aquella salida chica que me miraba con ternura. Quer¡a hacerlo pero tan s¢lo le susurr‚ al o¡do que junto a la firma del libro le hab¡a dejado mi n£mero de tel‚fono para que me llamase y m s discretamente firmarle lo que fuese?. ÿ