LA ÚLTIMA SINGLADURA. Autor: Josep Fontdecaba i Fuster
… Por los mares de Groenlandia las gaviotas no eran, ni con mucho, tan numerosas. También es cierto que incluso en verano la temperatura del aire descendía a cotas muy por debajo del cero. Además, eran de un carácter más reposado y también de mayor tamaño. Como compensación tal vez, se producía la ocasional presencia de otras aves, menudas como gorriones, cubiertas de un plumón espeso y largo que aumentaba falsamente su volumen y las convertía en una ahuecada bola de plumas. Bajo el plumón y la piel tenían un buen grosor de sebo amarillento que, en conjunto, seguramente era lo que les permitía vivir en aquellas gélidas latitudes. Generalmente eran de color claro, casi blanco. Pero de vez en cuando, aparecía alguna con el plumaje de color o con la capa exterior más oscura que las distinguía de las otras. Tal vez por el frío, o quién sabe si por el cansancio — ¡vayan a saber de dónde venían!— se posaban frecuentemente en el castillo de proa sin atreverse a bajar a cubierta por el jaleo que armaban los marineros que limpiaban el bacalao…
Páginas. 170 - 148 x 210 mm. Encuadernación fresada.