Lágrimas de tinta. Fulminante metáfora que expresa de la forma más pura y más humilde todas mis lágrimas de tinta.
Mis lágrimas son de tinta, todas ellas son de tinta.
Lloro y lloro todo lo que escribo. Lloro penas y alegrías, lloro todo aquello que necesito llorar.
Lo lloro y lo plasmo en ese papel, lo lloro y mis lágrimas de tinta se quedan impregnadas en un viejo papel.
Humeda y fría tinta que cae de mis ojos de forma continuada hasta dejar todo mi rostro oscuro, hasta dejar todo mi rostro lleno de tinta.
Con mis lágrimas intento expresar una serie de sentimientos que corren por mis venas sin dejar un solo rincón de mi cuerpo libre.
Charlie Puigby
Tiene 36 años y un hijo llamado Hugo. Es de un pueblo llamado Alp, situado en los Pirineos, limitando con Francia y con Andorra. Trabaja en un negocio familiar y se muere por escribir, su única pasión es esa. Escribe y escribe. Es esta su única devoción para poder encontrarse a si mismo.