"Lo dicho, lo escrito, lo ignorado" es y no es, pese a las apariencias, un libro de definiciones de palabras. Es y no es un diccionario. Es y no es un libro que intenta decidir, establecer y fijar un l‚xico, un vocabulario que pretenda ense¤ar algo. Tampoco es cierto que sea un libro que s¢lo tiene que ver con el ejercicio de la escritura, mucho menos con esa pr ctica aut¢mata y cerrada sobre s¡ misma con la que muchas veces pronunciamos el c¢digo estrecho de lo acad‚mico. La escritura que se ha puesto en juego es una escritura de frontera. A veces inclasificable. Lo que no la hace ni mejor ni peor que otras escrituras. Hay, por cierto, una presencia respirable de la lectura, de los efectos de la lectura, de la compa¤¡a de la lectura, de esa lectura peculiar que se hace presente cuando es convocada por la escritura."Lo dicho, lo escrito, lo ignorado" es una reuni¢n de textos que ha optado por ensayar entre la pedagog¡a, la literatura y la filosof¡a casi un centenar de palabras y que intenta pensar qu‚ es decir una palabra, qu‚ es ponerle voz, qu‚ es darle voz. La voz est en el cuerpo, est encarnada. Decir