En un pequeño pueblo apartado de la civilización, sin ningún tipo de interés turístico y con leyes propias, la protagonista propone una especie de juego: cada uno de sus habitantes debe meter en un sobre un secreto inconfesable. Tras leerlos, se dedica a averiguar según la caligrafía a quién pertenece cada uno de ellos. A través de esas intimidades, son descritas las peculiaridades de los habitantes del pueblo, los cuales se caracterizan por hacer gala de tener unos valores paupérrimos. Cuando descubre la desaparición de una persona, le hace pensar que están relacionados, por lo que considera que a este caso ha de darle prioridad.