Si la fotografía de Gerard Fieret ha sido injustamente ignorada hasta hace poco, su poesía continúa siendo desconocida fuera de Holanda. Con más de diez libros publicados, Fieret dio forma a una obra poética donde la voluntad de registrar el entorno urbano y un paisaje empañado por la lluvia alterna con los repliegues líricos de un yo enloquecido que se desdobla una y otra vez.