MASTURBACIÓN EN LA MESA SIN CUENTA

MASTURBACIÓN EN LA MESA SIN CUENTA

Editorial:
ARREBATO LIBROS
Año de edición:
ISBN:
978-84-935654-2-8
Páginas:
16
Encuadernación:
Rústica
Disponibilidad:
Disponible en 1 semana

5,00 €

CRÓNICA de MASTURBACIÓN EN LA MESA SIN CUENTA
alejandroruiz - 09/01/2013
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MASTURBACIÓN

EN LA MESA

SIN CUENTA

Peru Saizprez , arrebato libros, 2008.

Nerea Blanco Marañón

Una primera Cita

“Si te vistes, salimos perdiendo todos”

El autor se nos presenta así mismo como el poeta mas desconocido del mundo, y nos señala su libro como su universo: el cual es un poema de un solo verso.

Nacido en Lima en 1971, vivió de niño en la selva del Perú, en Honduras y en Costa Rica. Vive en Madrid desde 1989, donde estudió y trabajó en diversos oficios hasta 1995, entre ellos, como publicista, algo que puede verse representado en el primer poemario. Cuenta en su haber con tres: “Sexo satélite”, “Un corazón con pelos”, y este último: “Masturbación en la mesa sin cuenta”.

Preliminares

Aceptando la idea de que aun se puede hablar de Arte, y no de artes, como un concepto, como un nombre que define, creo necesario añadirle el apellido Contemporáneo para referirnos al arte que nos está tocando vivir en nuestros días. Unos días que empezaron su nueva etapa a comienzos de los años 70, y que debe asociarse al comienzo de la Posmodernidad, si se quiere llamar así. De este modo, hablaremos de lo contemporáneo como lo actual, sabiendo que al arte de estos últimos 30 años debemos encasillarlos en un mismo planteamiento que es el posmodernismo. Ahora bien, no debemos confundir el posmodernismo con la posmodernidad. Ya que el primero hace referencia al campo que nos preocupa: el artístico; mientras que la Posmodernidad hace referencia a la época cultural. Esto es, no es lo mismo La Edad Media y el Gótico, del mismo modo que no es lo mismo Posmodernidad y Posmodernismo.

Aceptando además que en cierta medida aun se puede hablar de bellas artes y por lo tanto cabe hablar aun de Poesía. Y si, me refiero a las Bellas Artes para diferenciarlo del Arte, porque lo veo totalmente necesario en la actualidad. Cuando uno va al museo se suele preguntar “pero… ¿ esto es arte?” porque cada vez se hacen cosas más estrafalarias y ya no se sabe lo que puede entrar en la categoría de Arte o no. Hasta ahora, se consideraba artístico lo que estaba dentro de lo considerado Bellas Artes: Arquitectura, Pintura, Danza, Escultura, Música, Literatura y Cinematografía. Pero, ahora parece que esos límites no están tan marcados, e incluso que hay determinadas obras que se consideran artísticas que no podrían englobarse dentro de ninguna de estas artes. Pensemos en los animales metidos en formol, el bidé dado la vuelta o la mierda metida en frascos. ¿Qué es eso? Y ahora pensemos en la Poesía. ¿Realmente tiene ahora unos límites? Antes se pensaba en la rima, en los versos, en la métrica… pero la ruptura con los límites cada vez se va ampliando a más terrenos y actualmente nos cuesta saber a qué se le puede llamar poesía. Ya no son necesarios los versos, ni la rima, ni la métrica, ni un lenguaje determinado… ¿qué le hace entonces a la poesía ser poesía? Antes eran una serie de rasgos, ahora parece que depende del sentimiento que nos transmite. De lo que parece querer decirnos. Eso que no se puede decir de otro modo. Ahora es el lugar de la expresión libre. Pasamos así de lo racional (las normas) a lo irracional (el sentimiento). Tenemos ahora el camino hacia la libertad en forma de libertad de normas y de lugar de expresión de lo que no se puede comunicar de otro modo.

Si queremos seguir hablando en clave de los conceptos hasta ahora usados para hablar de Arte, usaré pues el término Poesía para englobar este texto. Pero como hemos visto, será necesario pensarlo en términos de nuestra época, pensarla como poesía contemporánea o posmodernista. Como gustemos llamarla, pero teniendo claro que lo que esto implica es una ruptura con los límites marcados hasta el momento. De este modo, utilizamos estos términos para intentar definir un arte que lo que pretende es no ser definido, delimitado. Y aunque entremos en una supuesta contradicción, el ser humano no puede vivir sin conceptualizar, y esto nos lleva a intentar hablar de poesía o arte, sin tener muy claro de lo que estamos tratando en realidad. Y actualmente estamos en un momento de experimentación, de cambio y todo resulta difuso, cambiante, pero ¿Qué es si no la vida misma? Luego no nos preocupemos por si algo es artístico o poético, o horroroso, o bello, sino que como la vida, intentemos simplemente disfrutarlo y si no se puede, pues aprendamos a soportarlo. Como hacemos con nuestra vida.

Desde el exterior

En primer lugar, cabe señalar que la obra de arte, esto es, el formato en el que se realiza desde hace siglos la poesía es el papel y no nos es difícil pensar que lo que se sigue de tener una serie de poemas, es tener un conjunto de papeles que serán encuadernados en forma de libro. En el caso que tenemos entre manos, nunca mejor dicho (y sí, podemos también pensar en el título del libro), el formato parece ser el mismo, parece que no se ha desfigurado el objeto, mientras que el interior, el contenido parece no tener las características propias de la poesía. (versos, ritmo, rima…). Ahora bien, no nos confundamos. Todo lo que parece no es.

Este “libro”, no resulta un libro cualquiera. El arte contemporáneo es un constante intentar romper con lo establecido, crear nuevos límites, de modo que aparezcan nuevas obras consideradas artísticas. En este afán por deconstruir, podemos incluir esta obra que no se limita a escribir en las páginas en blanco de un libro. De este modo, aunque el formato parece uno, en realidad es una deconstrucción del mismo. Nuestra acción ante la obra no se limita a leer, como hasta ahora, sino que el autor nos pide que hagamos algo más. Esto es también una consecuencia del arte de nuestro tiempo, de los últimos 30 años, en donde no se entiende el arte sin un público que se sienta parte de la obra. Pensemos también en otros autores contemporáneos, como Ana Rossetti o que no terminan de crear un campo definido para que nuestras mentes pongan las ideas que faltan, para que nosotros también seamos la obra.

Pues bien, este libro, al que creo que el apellido perfomance le viene “al pelo”, nos presenta una nueva manera de relacionarnos con la lectura. El arrebato al que debemos enfrentarnos antes de leer lo que el autor nos propone, nos pone ya en la tesitura de enfrentarnos a algo nuevo, a algo que sabemos que no va a volver a ocurrir: despegar las páginas del libro, romperlas. Estábamos acostumbrados a que la sensación estética, lo que he denominado “arrebato” se de durante la contemplación o incluso en la rememoración de la obra. Pero ahora se nos presenta algo a lo que no estábamos acostumbrados: un arrebato previo a lo que entendiamos que era la “verdadera” obra: la lectura en cuestión. Sucede además que podremos leer la frase tantas veces como nos sea necesaria para entenderla, pero no podremos recrear el primer momento, la ruptura. Pero esta idea no es tan solo una manera de decirnos que quiere romper con lo anterior (algo que también se muestra al escribir tan solo una frase como la completitud de un libro). También es un mensaje no escrito que se nos transmite. Porque este libro no solo nos transmite con lo escrito en su interior, sino que tanto la portada, como el envoltorio, como el tener que despegar las páginas, como las hojas en blanco que preceden a las hojas escritas, son datos que nos ponen en la escena que nos narra, que nos señala el autor en la obras en la que una situación determinada: la masturbación. Se darán una serie de pasos hasta llegar al climax final. La lectura nos lleva a unas imágenes determinadas en el transcurso de una acción, de modo que podemos pensar en una narración aun a pesar de la brevedad de la obra. Nos cuenta no solo una sensación, sino que podemos pensar en una acción y creo que es en ese sentido en el que podemos pensar en una especie de intento de narración por parte del poeta.

Veamos ahora como es eso posible. Una vez analizada la forma, vayamos al contenido. Ese contenido que a pesar de ser escueto parece querer decirnos una gran cantidad de cosas en poco espacio. Ese contenido que nos da pie a jugar con la imaginación y a pensar qué pretendía realmente el autor cuando nos muestra esta obra. Y puede que lo que señale a continuación tenga mucho o poco que ver con la idea inicial, pero la diversión de ver cosas donde parece que se ocultan es uno de los momentos que más nos gusta a todos. Usar la imaginación. Incluso para quitar la ropa de quien tenemos enfrente y pensar en un cuerpo hermoso. Aunque luego no sea como imaginamos realmente, ese momento de placer no nos lo arrebata nadie.

Ya el título nos plantea preguntarnos qué quiere decirnos realmente. Pero es algo que parece que se desvelará con la lectura del poema-frase. Masturbación en la mesa sin cuenta nos muestra por un lado que uno puede tener el placer de la masturbación en muchas situaciones y lugares, sin tener en cuenta donde sea realmente. La cuestión es que no podemos leer sin tener que dar un sentido unívoco y en este caso nos resulta algo complicado, ya que no parece tener demasiado sentido tras una primera lectura. Por lo que hay que pararse a pensar detenidamente en cada uno de los elementos de la frase. Esto nos lleva a darnos cuenta de que hay una serie de ambigüedades y vaguedades que nos impiden crear un único sentido.

En primer lugar podemos pensar que lo que no cuenta es donde masturbarse, pero si anteriormente se señala la mesa, no parece que realmente eso se lo que quiere decirnos. Lo que puede pasar es que señale algo así como que “sin darse cuenta”, “sin que se den cuenta”. Ya que creo que lo que hace es señalarnos su lugar de trabajo. Es en la mesa donde suele escribirse acerca de uno mismo. y eso es lo que veo que es del otro tema del que también se habla de forma metafórica en el libro. De este modo, cuando uno se masturba, cuando uno se sincera, nadie tiene porque notarlo, más que uno mismo.

Nos presenta una manera de decir lo que no se puede decir de otra manera, y es la felicidad de la masturbación, esa liberación de soltar lo que llevamos dentro. Pero Peru no se conforma con su felicidad, sino que tiene que transmitirla, comunicarla, publicarla. Luego en el fondo quiere que lo que diga, realmente cuente. Que tenga un valor en aquellos que le leemos, que nos paramos frente a sus obras con la expectativa de sentir lo que de otra manera no podríamos: un determinado sentimiento estético qué solo él, como artista individual, único, puede proporcionarnos.

Pero no todo tiene porque ser tan serio, tan profundo. Ya que debemos señalar que el autor de dicha obra, parece tener un gran sentido del humor. Algo que puede corroborarse al leer su primer poemario, Sexo Satélite, donde se pueden encontrar poemas que te sacan una gran sonrisa, como es el titulado: los 100 veranos de Federico. Esto me lleva a pensar que no vamos a pensarlo todo desde la seriedad, ya que la masturbación puede verse desde una visión más paródica, más absurda. Por eso puede ser que al escribir sin cuenta, sea en realidad una transcripción del modo que él tiene de pronunciar el número 50, ya que si le escuchamos, nos damos cuenta de que su acento es extranjero, es hispanoamericano. Así que igual puede que también juegue con esa ambigüedad.

La ambigüedad es ahora en la postmodernidad el gran paso que estamos dando para intentar romper con el sentido unívoco que hasta ahora hemos estado siguiendo. Pero ahora, se comienza la ruptura, el intento de romper con la gramática, con dios, con todos esos valores jerarquizantes. Y por eso ya en esta obra, desde el propio título se comienza con esa destrucción de los valores. Sin cuenta: sin tener en cuenta, sin darme cuenta, sin contar conmigo mismo, sincuenta=cincuenta, si- ncuenta=si encuenta=si tiene en cuenta. La verdad es que todo esto puede llevarnos a un sin sentido, porque todo parece que encaja, pero a la vez que son contradicciones. Te masturbas sin tener en cuenta al otro, dejo de tenerme en cuenta, me libero, juego con el sonido de las palabras y por último quiero que esas palabras se tengan en cuenta. Todo puede encajar de este modo, pero lo hace porque yo quiero que haya esa unidad, que haya un verdadero sentido. Pero puede que en realidad no lo tenga, entonces, ¿qué sucedería? No lo sabemos, pero porque estamos atrapados en el sentido, en la gramática y tendemos a buscarlo. Yo le he dado el sentido que me ha ido inspirando la lectura, pero lo que creo es que importa poder tener esa inspiración. De modo que lo importante sería la sensación, la impresión que nos causa, no tanto el objeto en cuestión.

Volviendo al libro, nos encontramos con el título, el cual nos permite entender la portada y envoltorio de la obra. Son dos manos en posiciones determinadas: la de la portada está dispuesta para la masturbación masculina, mientras que la del plástico está para la masturbación femenina. Hay por lo tanto una clara alusión a la masturbación y no solo como metáfora, algo que debemos tener presente a la hora de analizar el resto de la obra.

Y llegamos al siguiente dato que nos hace pensar en la masturbación y es precisamente ese tener que despegar las páginas. Porque aunque hay una pretensión de hacer otro tipo de arte, y de presentar el libro de un modo diferente al que estábamos acostumbrados (nadie pensó en tener que romper un libro para poder leerlo) también hay una pretensión más próxima al tema que está tratando. Esto es, nos muestra otra imagen relacionada con lo que podemos también llamar “el placer solitario”, ahora sin palabras ni sin dibujos, sino con un gesto que tenemos que hacer. El hombre actualmente generalmente se ha masturbado frente a revistas y muchas veces el semen ha ido a parar a ellas, eso hacía que las páginas se pegaran alguna que otra vez. Y eso es lo que se nos presenta: tener que separar las páginas adheridas.

Pero este juego con lo material puede verse también como algo metafísico, en tanto que trata de, con lo físico, ir más allá y transmitirnos mensajes que de otro modo no sería posible. Con metafísico nos referimos a ir más allá de lo físico, y de este modo explicar la propia física. Con esta obra, rompes lo físico, rompes las hojas de papel, y vamos entonces más allá, a tener una sensación. Pasando así de algo físico a algo químico: la sensación que se nos produce al tener que romper las páginas, la sensación al leer lo que nos propone. Vamos, por lo tanto, a comprender la realidad, la cual no es más que las percepciones que tenemos, los cambios químicos que se producen en nosotros. Esto es, que lo importante no es tanto lo que ocurre, sino como nos enfrentamos a lo que nos ocurre, como reaccionamos ante los estímulos. Este es el modo en que entiendo que configuramos nuestra realidad.

Pero además con la apertura del libro, se nos presenta una imagen del tiempo: ya no hay marcha atrás. Y como hemos señalado, no todo es lo que parece, hay constantes metáforas. Esto es, dudo que la referencia a la mesa sea algo casual, de modo que todo en el fondo hace referencia a cosas que se nos ocultan.

Y entonces llegamos al culmen de toda esta presentación al tema. Llegamos a la frase, tras haber pasado una serie de hojas en blanco, tras haber tenido una larga pausa de espera para llegar al arrebato (curiosamente esta es la editorial del libro). Para poder llegar al clímax. A la sensación estética.

Hacia el Interior
Y la frase es la siguiente:

Simplemente me separo de mi intentando que mi soledad se quede justo y en el lugar injusto donde se derrama mi alegría.

No es una frase clara, como resultan el resto de páginas: páginas en blanco que nos transmiten calma pero también necesidad de saber qué está pasando, qué va a pasar. Es una frase que perfectamente podría haber sido dividida en cuatro versos, marcando los cuatro momentos a los que creo que se hace referencia en esta frase que es necesario analizar para poder entender con precisión.

Es por eso que al analizarla he captado la narración de esos cuatro momentos a los que he hecho referencia. Y como he señalado creo que no solo se hace referencia al acto de la masturbación, sino que hay algo más de fondo.

El comienzo

Simplemente me separo de mi

Cuando uno mira en su interior lo hace como una segunda voz. Se distancia uno para poder verse. También en la masturbación hay una dualidad, un tocarse desde otro. Y cuando uno escribe, en la mesa, en muchas ocasiones se convierte en otro, en el personaje que describe, o desde el que escribe.

Hay ambigüedad en nosotros, en el lenguaje, todo parece que se divide ante y en nosotros cuando nos encontramos en la soledad de la búsqueda de un sentido, que es al fin y al cabo, de un momento de placer. Como a mi está resultado placentero buscar el sentido a esta serie de palabras.

La situación

Intentando que la soledad

la masturbación, ese placer solitario, como lo hemos denominado antes, así como la instropección a nosotros mismos se hacen en la soledad. Pero una soledad que como hemos visto se encuentra en una dualidad. Se encuentra con él mismo y con su segunda voz, su otro que le mira desde una determinada distancia. Luego la soledad resulta no tan unitaria, sino que contenemos una determinada dualidad o división interna que nos acompaña. Pero sin esta soledad pocas cosas funcionarían. Necesitamos de esta soledad para poder crear, para poder disfrutar de ciertas cosas que de otro modo no podríamos.

Es desde la mesa, desde su lugar de creación, desde su soledad desde donde nos manda el placer que le provoa la escritura, ese momento de soledad que le permite ser, sentir determinadas emociones que tiene la necesidad de comunicar. Como dijo María Zambrano: “Escribir es defender la soledad”.

La búsqueda

Se quede justo y en el lugar injusto

La soledad siempre nos resulta amarga, injusta. Ya que pensamos que no es algo positivo. Es por eso que la situamos en el lado amargo de nuestra existencia. En el lado de lo injusto. Es constante en nosotros la reflexión sobre la soledad, esa eterna compañera, y cuando más pensamos es cuando hemos perdido a alguien. Alguien con el que compartíamos todo, con el que éramos una unidad. Y sobretodo se era unidad cuando se hacía el amor. Por eso la masturbación nos resulta también dolorosa, y no solo placentera Porque pensamos que no deberíamos ser una unidad de un solo cuerpo, sino la unidad formada por dos cuerpos y una pasión. Necesitamos pensar que en un futuro esperanzador no estaremos en este estado de injusticia, en esta soledad.

Pero en esta frase también se pretende que haya un momento, un ahora, un luego, una temporeidad. Y en el momento en el que escribe es para él un ahora, un momento justo y un lugar preciso, pero cuando nosotros lo leeremos ya no será justo en ese lugar, en ese instante. Nos plantea aquí un juego con el tiempo, una idea de aquí y ahora, que es para nosotros un allí antes, pero que nosotros tenemos que reconvertir en un aquí y ahora.

El final

Donde se derrama mi alegría

La imagen de derramar nos lleva visualmente al final del acto de la masturbación, que da título a la obra. Uno se abandona, se deja fluir, se derrama, y más vulgarmente: se corre. Pero no solo sucede eso, sino que nos transporta al plano de la alegría. Es por fin, cuando se llega al climax cuando la sonrisa llega a nuestros labios. Cuando el cuerpo se calma y la mente se ha quedado en blanco. Esta sensación sucede tanto en el plano sexual, como en el de la escritura. Derramamos nuestras palabras, de la mente al papel en blanco, dejamos de estar solos para estar con nosotros mismos, con nuestras ideas y creaciones, para comprendernos. Y nos plasmamos, para no perdernos de vista, para ver si lo que pensamos y somos tiene sentido o por el contrario tenemos que ver que estamos cometiendo errores. Y Pero esto mismo sucede cuando nos pensamos, cuando nos dejamos llevar por la escritura y nos plasmamos en ella. Dejamos que fluya la soledad por nuestros versos, nuestras palabras, y eso nos hace ser en un momento justo alegres por haber abandonado la injusta soledad que tanto nos acompaña y pertenece.

Climax

Un texto que comienza con una cita, en la que conocemos a quien nos va a proponer un momento de placer, sigue por unos preliminares y continúa desde el exterior para ir al interior, no puede acabar sin un climax final. Sin una culminación que ponga sentido, que permita un derramamiento de sentimentalismo o de algo de euforia.

Un texto breve, pero intenso, como muchos instantes a lo largo de nuestra vida, sobre los que luego reflexionamos una y otra vez. Un texto que nos incita a pensar en lo que habitualmente no hacemos, desde una ventana de claridad y oscuridad. Una oscuridad en tanto que las capas entrelazadas de esta única frase nos provocan una serie de tachones que provocan que a veces no comprendemos el todo. Pero una claridad nos rodea y nos infunde cierto calor al pensar que lo que leemos tiene un sentido y que nosotros somos los que debemos darle una unidad a todo lo que tenemos antes nosotros. Nos hace formar parte de un todo, que sin nosotros no podría ser. El desgarro de hoja que Nosotros tenemos que hacer, nos hace sentirnos creadores, cercanos a un poeta/creador que ha pensado en nuestro gesto para que lleguemos a él de un modo distinto a como solemos hacer con el resto de autores.

Como en el amor, nos ha hecho sentir únicos y especiales. Nos ha hecho creer que somos importantes. Y eso nos encandila. O puede que también nos asuste. Con las cosas del amor y del sexo nunca se sabe, ya que aunque parecen tener unos límites bien definidos, al final parece que se entrecruzan y difuminan, como pasa con el arte actual.

Las capas de su obra nos permiten entender el lenguaje de un modo distinto, no unívoco, y nos permite jugar con lo que se nos presenta. No hay una linealidad, ni tampoco hay una representación clara de imágenes, pero las palabras me demuestran que no son como piezas de ajedrez que solo pueden ocupar un lugar, sino que son como tiovivos que pueden estar en varios sitios casi simultáneamente, a una velocidad de vértigo. Y de este modo darnos una visión desde diferentes puntos de vista y crearnos una visión más global que si solo tuvieran un única sentido.

Con esta obra hemos llegado a ver las cosas de un modo distinto, sintiendo que el lenguaje es más que simples piezas que hay que encajar para conseguir un único puzzle. Se nos ha mostrado que esto es más como un cubo de Rubik, en el que tenemos que ir componiendo las diferentes caras, gracias al sentido de las palabras, gracias a las imágenes, a las acciones. Todo nos da para girar y girar y componer una obra a nuestro gusto. Porque en este mundo, todo lo componemos como queremos, perdiendo a veces de vista las intenciones del otro. Pero al fin y al cabo la vida, las sensaciones son de uno y debemos llevarlo como podamos, y si tenemos fuerzas suficientes, como queramos. Yo he interpretado, creado y jugado con este texto a mi manera, como he hecho con tantas otras cosas a lo largo del tiempo.

Y es que todo es juego.

Y es que todo es vida.

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