¿Qué necesidad de comentario alguno tiene quien ha conseguido devenir, en letra y cuerpo, en persona y en obra, ardiente paradigma y evidencia viva, belleza contagiosa de la palabra humana y contagiosa tragedia de nuestra humana condición?
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información