OLVIDO DURO

OLVIDO DURO

Editorial:
AMARANTE
Año de edición:
Materia
MODERNA Y ACTUAL
ISBN:
978-84-944815-5-0
Páginas:
141
Encuadernación:
Rústica
Disponibilidad:
Disponible en 5 días

17,00 €

Olvido Duro es el nombre de una mujer, pero también el gesto que esta mujer realiza para alejar su vida anterior de la que quiere llevar a partir de una separación y de un largo viaje.

Además, es el nombre de la novela de Zaida Sánchez Terrer. Un artefacto literario que podría encuadrarse dentro de la novela llamada posmoderna, por su carácter fragmentario y no lineal y el uso del juego metaliterario. La segunda novela de Zaida Sánchez nos cuenta la historia de dos mujeres de treinta y cinco y treinta y seis años, Laura y Lola, vecinas, que establecen una amistad profunda que, sin embargo, lleva dentro algunas sorpresas. De estas sorpresas nos habla el libro.

Laura es editora y lee un manuscrito que se llama Olvido Duro, el que nosotros, lectores, tenemos precisamente entre las manos. En el manuscrito, Lola cuenta su historia, la de Laura y la de ella, salpicado de relatos que la amiga ya conocía, y que se intercalan en el texto ampliando el tiempo presente hacia un pasado que, entendemos nosotros, sirve de anclaje a las emociones que asaltan a las protagonistas.

Así sucede explícitamente con el relato I believe in yesterday, que toma por título un verso de la canción de los Beatles, donde la protagonista, Isabel descubre que no percibe los sabores.

No podría determinar cuándo había dejado de saborear las cosas. Solo la tranquilizó reconocer que no le estaba pasando algo distinto a lo que sentía por dentro y continuó comiendo con cierto esfuerzo porque al no llegarle sabor alguno, la presencia de la carne se transformaba en una pasta informe y absurda que costaba tragar, como le ocurría con otras cosas de su vida (pag. 126).

Lo que le ocurre a Isabel, ¿le ocurre también a Lola, la autora de esos relatos? Sospechamos que sí.

Pero no acaba aquí la pirueta metaliteraria, que se amplía en una espiral cada vez más amplia. El uso de los mismos nombres en la narración en tercera persona del Preámbulo que nos presenta a Laura y a Lola, y el de las protagonistas del manuscrito que la primera lee, confunden y enriquecen las interpretaciones de la novela. Afectos, infidelidad, amores que no perduran, reflexiones sobre las emociones que salpican una narración amena e interesante.

Así, con este juego , vamos asistiendo a la infancia y a la vida de estas dos mujeres, a sus relaciones familiares más íntimas y significativas, a los secretos y ambivalencias, las historias y las confidencias que se hacen literatura, como sucede con la vida misma cuando se está cerca un escritor/a.

Hay relatos de corte más clásico como La confesión, que contiene una nota de humor, y otros formalmente innovadores, como el que lleva por título Desamor, cuyo narrador es el desamor mismo, donde se afirma:

Casi nadie se da cuenta del día en que aparezco (pag. 72)

O Los primos gemelos, que inserta la historia de una ilusión con una sesión de psicoanálisis.

La novela de Zaida cuenta los vasos comunicantes que se establecen en una relación amistosa, la traslación de los asuntos de la vida a la literatura, la insatisfacción y el deseo de cambiar drásticamente la propia existencia; y lo hace con una estructura inteligente y una prosa fluida, sin alardes poéticos, pero muy eficaz para llevar adelante la historia.

Quizás el rasgo más sobresaliente de su estructura sean esos registros de escritura que se superponen: el de Zaida, nuestra autora, el de Lola, y el de Olvido Duro, de tal forma que el resultado final es un juego que muestra la complejidad de las relaciones entre realidad y ficción, cuyas fronteras este juego difumina, y cuyas claves no podemos desvelar más aquí para no evitarle al lector el placer de su descubrimiento.