Una reivindicación de la cultura humanística, asediada y cada vez más relegada hoy en día, pero que aquí recobra un sorprendente aliento, quizá porque, como dice el propio autor, se trata «de una larga tradición que se hace novedad cada vez que unos ojos la existen».
No se deje engañar el lector por el matiz de humildad –y casi de ironía– con el que el profesor Antonio Prieto ha titulado esta antología personal de artículos, conferencias y clases porque en estas páginas, de periodos e intenciones diversas, se recoge un encomiable compendio de sabiduría humanística. Si por un lado trazan un recorrido por la memoria vital y los intereses académicos del profesor –con lucidez y erudición pasa de Boscán a La Celestina, de Lope a Moratín, de la novela histórica a la pintura renacentista–, en estos textos, leídos en conjunto, se percibe el latido de una reivindicación de la cultura –clásica, renacentista y aun contemporánea– como tradición, entendida como legado perpetuamente revisitado.
Todos los capítulos van antecedidos de sus correspondientes “Introitos”, que abarcan desde una consideración “clásica” de la dama por los poetas, de Catulo a Garcilaso, atendiendo al “amor único”, al ofrecimiento de inmortalidad, y al uso del nombre ficticio para la amada. Como cierto contraste a este estudio se extiende al capítulo que discurre sobre la invención de Calisto y Melibea, dentro de la historicidad y contienda de La Celestina o sobre la posible influencia de Marcel Proust en el interés de proyectarse histórico de Lope de vega en la biográfica Dorotea.