"en enero de 1974 salí en tren y en parte a dedo en un viaje que me llevaría casi once años de búsqueda por los territorios de la contracultura que se propagaba desde y hacia la costa oeste norteamericana." con estas palabras osvaldo baigorria da comienzo a un ejercicio de la memoria que, disparado por las capturas fotográficas de una vieja pentax y otra aún más vieja leica, traza el mapa personal de una época a la que una y otra vez sentimos el impulso de regresar, como buscando las razones de por qué no fue lo que pudo haber sido. california, san francisco, las costas, rutas, desiertos y bosques que durante el estallido del "verano del amor" habían funcionado como geografía imaginaria y límite huidizo hacia donde se orientaba la fuga de los jóvenes desertores del sueño americano, compondrían en la década del setenta el escenario de una silenciosa batalla cultural y civilizatoria. llegar ahí en esos años era enfrentarse a una promesa que comenzaba a retroceder ante la lenta captura de la revolución psicodélica por el advenimiento del capitalismo cognitivo y sus nacientes utopías digitales.