El 24 de febrero, en la fiesta del último día de un viaje de fin de curso en la discoteca Propaganda, lo que empezó siendo la que debía ser la mejor fiesta en una de las veinte mejores discotecas de mundo para un grupo de estudiantes de último curso de Filología Clásica en la que no faltaría amor, drogas y refrescos de naranja, terminó convirtiéndose en el escenario de la Tercera Gran Pelea, el mayor campeonato de lucha grecorromana jamás organizado en una discoteca, bajo el lema: «baila o muere».
Una fiesta de fin de curso en la que los estudiantes de Filología Clásica, de otras facultades y graduados de una escuela militar rusa se vieron obligados a luchar en un campeonato de lucha grecorromana sin la autorización de la Organización de Discotecas Unidas (ODU) y supervisado por un equipo arbitral corrupto que no garantizaba el cumplimiento del reglamento de la Federación Internacional de Lucha Grecorromana de Discotecas (FILGD), poniendo en riesgo la vida de todos los estudiantes.
