Alex es un policía, escritor y licenciado en derecho de cuarenta años. Hace tres años que se separó de su mujer, y desde entonces lucha por obtener la custodia compartida de su hijo, que le ha sido rechazada una y otra vez. Pero, después de todo ese tiempo de duro esfuerzo, Alex ha decidido que eso se acaba. Hoy es el último día de su vida. Hace tiempo que viene pensándolo. Esta noche, cuando las luces se apaguen y los vecinos del edificio de apartamentos donde vive de alquiler se hayan ido a dormir, abrirá la caja fuerte que hay dentro de su armario, sacará su pistola de la funda, se la pondrá en la sien y apretará el gatillo. Es una decisión que le pone entre la espada y la pared. Dejar huérfano a su hijo le resulta insoportable, pero continuar con su vida significa resignarse a la infelicidad cotidiana, a una rutinaria existencia de la que la alegría parece haberse ausentado definitivamente. ¿Por qué un hombre decide acabar con todo? Crónica del fin de la esperanza y el comienzo de la depresión, esta novela es una reflexión sobre las casi insalvables dificultades de la vida de un hombre separado con hijos, y de las mezquindades, las negociaciones y las claudicaciones que se producen una vez que el amor desaparece.