Porque no siempre escuchamos los sonidos que deseamos, aprender a fluir nos ayuda a ser más felices.Sofía tiene 9 años y no comprende a su madre cuando le dice «tienes que fluir». Intentando explicarle el concepto y las ventajas de la palabra FLUIR, surgió este cuento que le sirvió para entender lo que su madre quería decirle.
Sofía, como escribió en su carta y que también aparece en el cuento, quedó muy agradecida, y años después sigue «fluyendo».
Y porque no siempre escuchamos los sonidos que deseamos oír, aprender a FLUIR nos ayuda a ser más felices.