La controversia acerca del sentido y significado de los 14 libros que componen la Metafísica de Aristóteles es tan antigua como su edición. Ya los primeros comentaristas, como Alejandro de Afrodisias y Asclepio de Trales, dejaron testimonio de las dificultades de lectura y ordenación de esta obra capital del corpus aristotelicum. El aristotelismo contemporáneo, por su parte, ha centrado esta problemática en la especial naturaleza teológica, ontológica, onto-teológica o aporética del objeto metafísico dando lugar a un vivo debate protagonizado por los mejores especialistas de estas cuatro lecturas del tratado: teológica (G.E.L Owen, T. Oñate), ontológica (P. Natorp), onto-teológica (E. Berti, G. Reale) o aporética (P. Aubenque, I. Düring).
La monografía que el lector tiene en sus manos acomete la controversia remontándose, sin embargo, a la misma acción compilatoria de Andrónico de Rodas para situar en el estoicismo romano, no ya el origen de las dificultades de lectura y ordenación de