odos somos adictos. En mayor o menor grado, todas las personas nosguiamos por la búsqueda de determinados placeres, metas, necesidades o reconocimientos que en ningún caso nos dan la felicidad. Y nosapegamos a ellos generando una dependencia que se traduce en malestaro sufrimiento.
Daniel Cid sostiene que se puede hablar de adicción en un sentido más amplio del habitual, a partir desituaciones y estados de ánimo de los que muchas veces ni siquierasomos conscientes, y que nos pueden causar preocupación excesiva, baja autoestima, ansiedad, depresión y un sinfín de desajustes mentales.O, simplemente, que nos impiden tener una vida plena.