Nació Eva González Fernández en 1918, cuando a Palacios del Silllegaban, con el tren recién afincado, los ecos de un progreso que aveces, por mal entendido, arrasaba cuanto de autóctono y antañónresistía al embate del tiempo en nuestra geografía. Pero Eva aún pudodisfrutar en casa del amplísimo saber que su madre, FelicidadFernández (1874-1970), guardaba en su memoria de aldeana que, aunqueaprendió a leer tarde y a firmar mucho después, supo recoger cuantossaberes tradicionales guardaba su entorno familiar y el saber popularde la aldea.
En ese archivo de saberes descollaba con luz propiala gema del Romancero Tradicional, que Feli conocía ampliamente y quesupo transmitir mediante el canto colectivo a las seis hijas que tuvode su unión con Teodosio González (1877-1945). Eva, «la más pequeña de todas», fue la última conocedora y transmisora de aquel tesoro cuyostextos encierran estas páginas, y cuyas melodías guarda el disco quelas acompaña.