Si hacemos caso a la etimolog¡a griega, Saturno fue primero Cronos, el Dios del tiempo. Si conjugamos este ancestral mito con lo que cuentan los conocedores de la astrolog¡a, podemos decir que el sexto planeta de nuestro Sistema Solar es quien rige al signo solar que ungi¢ mi esp¡ritu al momento de huir del vientre materno aquella ma¤ana del 24 de diciembre de 1974. Creo entender por qu‚, luego de casi treinta y cinco a¤os, dicho astro es conocido como el "infortunio mayor" y todo un recorrido visual por los a¤os vividos, no han dejado lugar a dudas. Pero, como bien me cont¢ un amigo alguna vez, conociendo al enemigo, uno est listo para darle batalla o al menos tomarse la vida menos en serio. En Argentina, a un a¤o de la aprobaci¢n de la ley de igualdad, creo en la necesidad de hacer sentir otras voces, no s¢lo conocidas ni amparadas bajo una figura p£blica, tambi‚n esas otras que se esconden entre la gente que vive d¡a a d¡a una realidad en la que, ser gay por ejemplo, se transforma en una penosa carga que adem s de doblegar el alma, se debe ocultar. Es necesario escuchar la otra campana, m
