EINRICH , MARCELA;SALAZAR P'REZ , ROBINSON
Hay dolor social en el interior de la sociedad contempor nea, lo percibimos a trav‚s del odio como idea b sica para destruir, opacar o disminuir al otro, en la voluntad que rige la conducta de todo aquel que no es pobre o carenciado y se siente omnipotente al obtener un empleo, cargo p£blico, propiedad o bienes inmuebles superior a las posesiones del otro. Es un odio que busca residencia en el cuerpo del odiado para eliminarlo, fulminarlo y borrarlo del escenario, porque su existencia es una amenaza que se interpone en el camino, ya sea por demandar agua, servicios, espacios transitables o alimentos. Ese odio no es reconocido por el sujeto omnipotente, lo re-elabora como desprecio, tedio o displicencia ante todo aquello que, seg£n su criterio, est fuera de lugar y estorba en el trayecto que debe recorrer, entonces, hay que alejarlo a confines donde no lo vea. El odio, hoy, transita sin pasaporte y sin sem foro que lo detenga, como el agua, est licuado en los medios de comunicaci¢n, en la desimbolizaci¢n del lenguaje de guerra, en las canciones donde proliferan las amenazas, la invocaci¢n de la muerte y