En el verano de 1999 Daniel, joven estudiante de Periodismo en Madrid, hab¡a llamado desde Edimburgo para comunicar a su madrastra, Maribel, y su medio hermana de seis a¤os, Irene, que nunca iba a volver. En la Espa¤a de la Expo, el AVE y los Juegos Ol¡mpicos, Daniel sab¡a que su padre, ya fallecido, y su segunda mujer, Maribel, joven promesa del partido gobernante, hab¡an participado en el fest¡n de la corrupci¢n. Lo que Daniel no imaginaba es que su decisi¢n de no regresar supon¡a tambi‚n dejar a su hermana Irene sin el £nico adulto en el que su infancia se sustentaba. No contaba, en definitiva, con que entrar de lleno en la edad adulta significa asumir en soledad las consecuencias m s dolorosas de nuestros propios actos? y sus huellas en los dem s. Todo queda en casa habla de culpas heredadas, de heridas del pasado, de lazos familiares y del derecho a una segunda oportunidad. Y, sobre todo, de c¢mo construir esa segunda oportunidad.
