Una casa victoriana recoge en sus poemas un relato doméstico e irónico. Víctor Angulo nos muestra su vida -su casa, el día a día- con un humor soterrado y con una celebración contenida ajena a cualquier exaltación. Palabras, precisas y sordas, que nos acercan el sonido sin brillo de nuestros pasos sobre la nieve, la superficie de los centros comerciales, el suelo de las habitaciones, las carreteras secundarias o los hospitales.