VIAJEROS EN LA ESPAÑA DE CARLOS IV

VIAJEROS EN LA ESPAÑA DE CARLOS IV. SOUTHEY LINK FISCHER WITTINGTON HOL

Editorial:
HOJA DEL MONTE
Año de edición:
Materia
HISTORIA
ISBN:
978-84-939050-0-2
Encuadernación:
Rústica
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A finales del siglo XVIII, España -tanto por su poderío naval como por el gran imperio colonial que poseía en América- seguía siendo considerada como una potencia con cierto peso en el concierto internacional y, también, como un país que merecía la pena conocer, como lo atestiguan los diferentes viajeros, especialmente ingleses y alemanes, que viajaron por España entre 1796 y 1805. Los diarios de estos viajeros contienen noticias muy sabrosas de la España de Carlos IV, como las proporcionadas por Robert Semple, espía al servicio de Inglaterra o Lady Holland que, según confiesa, durante diez minutos estuve totalmente aterrada cuando, camino de Jerez, se cruza con un hombre bien montado y armado que parecía vigilar el camino.


Cuando Carlos IV subió al trono el 14 de diciembre de 1788, España era un país que, gracias a las políticas reformistas de los Borbones y, en especial, de Carlos III, había experimentado una modernización positiva cuyos logros habían podido ser apreciados por los viajeros que la habían visitado en el último tercio del siglo.

Sin embargo, el proceso revolucionario iniciado en Francia en 1789 y las posteriores guerras, primero con Francia y después con Inglaterra, acabaron por colocar a España en una situación precaria en la que se pusieron de manifiesto cuan endebles eran las bases en las que se sustentaba esa modernización.

A pesar de todo, esta crisis no fue vista por los europeos como el precedente de ningún proceso traumático y España –tanto por su poderío naval como por el gran imperio colonial que poseía en América– siguió siendo considerada como una potencia con cierto peso en el concierto internacional y, también, como un país que merecía la pena conocer, como lo atestiguan los diferentes viajeros, especialmente ingleses y alemanes, que viajaron por España entre 1796 y 1805. finales del siglo XVIII, España –tanto por su poderío naval como por el gran imperio colonial que poseía en América– seguía siendo considerada como una potencia con cierto peso en el concierto internacional y, también, como un país que merecía la pena conocer, como lo atestiguan los diferentes viajeros, especialmente ingleses y alemanes, que viajaron por España entre 1796 y 1805.

Los viajeros analizados en este libro son: Robert Southey, Friedrich Link, Augustus Fischer, Downing Whittington, Lady Holland, Robert Semple y Alexandre de Laborde

Los diarios de estos viajeros contienen noticias muy sabrosas de la España de Carlos IV, como las proporcionadas por Robert Semple, espía al servicio de Inglaterra o Lady Holland que, según confiesa, durante diez minutos estuve totalmente aterrada cuando, camino de Jerez, se cruza con un hombre bien montado y armado que parecía vigilar el camino.

La obra incluye un Índice topográfico y varias ilustraciones procedentes del Voyage pittoresque de Alexandre de Laborde.

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