Este libro –cuenta William H. Hodgson en su introducción a «Los piratas fantasmas»– puede ser considerado el último de un grupo de tres. El primero se publicó bajo el título de «Los botes del “Glen Carrig”»; el segundo, como «La casa en el confín de la Tierra»; por fin, este tercero, completa lo que, quizá, pueda ser considerado una trilogía; pues, aun cuando los tres difieren mucho en los contenidos, todos ellos coinciden en una determinada forma de tratar unos conceptos elementales. Con este libro, el autor cree que cierra una puerta, en cuanto a lo que a él concierne, sobre una determinada fase de su etapa creadora. «Los botes del “Glen Carrig”» (1907), relata unos hechos sorprendentes en los que se ven envueltos los tripulantes de un buque náufrago. La historia está llena de colorido, aventuras y extraños sucesos, y poblada por las criaturas fantasmales y extraordinarias tan propias de Hodgson. «La casa en el confín de la Tierra» (1908) es posiblemente su novela más famosa. Admirada por H.P. Lovecraft, contiene varios capítulos difícilmente superados en toda la literatura sobrenatural