Esta obra alberga fantasmas de la violencia. Como ese hombre que mata a un asesino para seguir sintiéndose valorado una noche por semana. O el que nos enseña que nadie sale libre de la cárcel. Vemos que las falsas denuncias matan más que las pistolas y que quienes juegan con el dolor pueden atravesar fronteras muy lejanas. A la larga, la vida no sabe de finales felices, nos iguala a todos.