AGUAFUERTES

AGUAFUERTES. ANDALUZAS,MARROQUÍES,GALLEGAS,ASTURIANAS,VASCAS Y MADRILEÑAS

Editorial:
HERMIDA EDITORES
Año de edición:
Materia
CONSULTA
ISBN:
978-84-943606-5-7
Páginas:
546
Encuadernación:
RÚSTICA
Disponibilidad:
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Roberto Arlt y las mujeres en las Aguafuertes porteñas

Victoria Martínez

Union College

Las Aguafuertes porteñas, escritas entre 1928 y 1933 en El Mundo de Buenos Aires, son textos breves; y según González Lanuza, fueron tan populares que se duplicaron las subscripciones los días que aparecieron.(1) David Rock observa que hasta 1930, durante las décadas de prosperidad, aún la gente de clase obrera asistía a la escuela secundaria y el nivel de alfabetización era 93%. Como resultado, se vio una proliferación de periódicos en Argentina. La brevedad de los ensayos los hacía ideales para ser leídos en el tranvía rumbo al trabajo. Además, al considerar el hecho de que los ensayos son "observaciones" de la sociedad porteña, era lógica su atracción para los ciudadanos de la capital argentina. Se podría dejar un análisis del lector para otro estudio; pero al ver los temas de éstos, es posible suponer que Arlt dirigiera sus textos a la clase media porque su enfoque es una crítica de la sociedad predominante. Como comenta Sylvia Saítta, "su mirada sarcástica ante un mundo donde los valores se han perdido, ridiculiza no sólo al comportamiento de cada uno de los tipos porteños, sino que pone en cuestión la organización de todo el sistema sobre el cual está basada la ética social" (64). Aunque concuerdo con esta observación de Saítta, cabe señalar ensayos en que no se los critica a los pobres; Arlt dirige su crítica a la burguesía.

Rock nota que hasta 1930 la gente prosperaba; no obstante, los inmigrantes y la gente obrera no pudieron penetrar las barreras que separan las clases sociales. Aún con título, pocos pudieron cruzar las líneas de clase, y la mayoría de las posiciones políticas y educativas permanecían bajo el control de las élites. (2) Rock nota que la universidad era sólo para los adinerados, y observa que "the cult of 'doctor' lived on in Latin American countries, accepted by all as the capstone of intellectual achievement" (221). Sin embargo, todo el mundo quería dar la impresión de que la riqueza y las apariencias contaban más que la realidad económica. Como James Scobie menciona:

in dress, the tone of prosperity and well-being predominated. Except for those actually performing the rudest or dirtiest of manual labor, the universal uniform of the porteño man was a white shirt with celluloid or starched collar, a dark tie, a hat, and a suit of somber colors. (35)

Así, según Scobie, "beyond the superfical impression of progess, however, it was more difficult for the casual observer to penetrate" (36).

Es posible expandir esta preocupación "obsesionada" de la conformidad con fines de dar la ilusión de prosperidad y de clase social en el análsis de Diana Taylor en cuanto a la formación de la "nación". Taylor asocia esta formación con la representación teatral: "individual and state formation take place, in part, in the visual sphere through a complicated play of looks: looking, being looked at, identification, recognition, mimicry" (30). Esta práctica de participar en una esfera visual conforma con el concepto de la historicidad y la imagen, como sugiere Taylor, "the external image of the desirable is historical and localized" (30). También sugiere que "the performative traditions produce a sense of nation" (30). Así es posible concluir que la tradición de vestirse de una manera con fines de producir una imagen de prosperidad produjo una sociedad en la época, antes de y durante la crisis del 30, en la cual los ciudadanos imitaban a la clase alta y creando un sentido de conformidad que no sólo aceptaba sino que hacía hincapié en la ideología burguesa y las tradiciones del patriarcado. Son precisamente la aceptación de la superficialidad y la hipocresía lo que ataca Arlt. En las aguafuertes Arlt dirige sus observaciones a "abrir los ojos" de los porteños sobre las idiosincrasias de ese deseo de ser burgués y de la hipocresía que se manifiesta en la sociedad, y claramente simpatiza con los pobres y con el lumpen proletariat. Participante y víctima a la vez de este sistema burgués, y por ende patriarcal, es la mujer.

El enfoque analítico en este trabajo es el rol de la mujer dentro del sistema patriarcal, y la manera en que Arlt lo trata. Además, intento examinar la manera en que el autor hace su crítica de la burguesía a través de la figura femenina. En primer lugar, el sistema patriarcal prescribe dos roles a la mujer: esposa y madre; y cualquier desvío de esta norma se considera problemático. Peter Earle nota que la mujer decimonónica debe ser "pasiva y vulnerable", y esta actitud no había cambiado mucho en la época de Arlt. (3) Taylor nota que:

what mattered was keeping women in patriarchy: dependent and subservient to men during the early twentieth century, Argentine physicians claimed that independent women occupied an entirely separate category: the 'third' sex" (31).

Esta categorización por parte de los médicos sugiere que la mujer independiente es anormal y presenta una amenaza a las tradiciones de la sociedad; bajo las tradiciones del patriarcado, la gente, como nota Taylor, tiene que "cumplir su rol" para mantener la sociedad, y es su deber criar hijos para la nación. Por consiguiente, si pensamos en este rol de la mujer y el deseo por parte de la gente de imitar a la burguesía, la "nación" en la época de los ensayos de Arlt consiste en una sociedad que se presenta como cómoda económicamente, educada, y decente (es decir, una familia con niños). Es precisamente esa la ideología contra la cual Arlt protesta en sus ensayos. Lo que parece ser un ataque contra la mujer está arraigado en un ataque más general, es una crítica fuerte contra todo lo que encarna esa actitud de la mujer "moderna" que toma parte en crear la "nación"; y contra la actitud aparatosa de mujeres en posiciones sociales más humildes que imitan la clase media. Arlt ataca a los ricos y a los obreros que participan en los juegos de "apariencias" o que aspiran a ser más "finos". Sin embargo, hay algunas mujeres que reciben su simpatía; quiero esa examinar esa diferencia.

El hecho de que Arlt presenta a la mujer como protagonista en muchos ensayos lo pone aparte de otros ensayistas. Earle nota que Sarmiento, Rodó y Mariátegui excluyen a la mujer de sus ensayos; y si un ensayista del siglo XIX o XX la incluye, figura como marginada y estereotipada y, como ya he notado arriba, pasiva y vulnerable (81). Según Earle, "the man is up front, directing or deforming things, and the woman is part of the environment. He's the sun; she, the satellite" (93). En contraste, Arlt es distinto porque en sus ensayos abundan las mujeres, y aunque la brevedad de los textos impide un desarrollo psicológico de éstas, cada personaje está exagerado para enfatizar una característica que resulta ser el enfoque del tema de un ensayo particular. Sus mujeres son parte de la estructura social en las aguafuertes.

Teodosio Muñoz Molina observa que algunos lectores "grit their teeth" en reacción contra elementos de misoginia en los textos de Arlt. (4) En estudios más recientes, los críticos analizan los personajes de mujeres en la ficción, y según Beatriz Pastor, se coloca a la mujer de Arlt en cuatro categorías: madre, novia, esposa y suegra , quienes trabajan juntas para atrapar al hombre en el matrimonio. (5) Se trata de una caracterización simplista del personaje femenino. Las de la clase media son educadas, y algunas tienen una posición privilegiada en la sociedad. En su mayor parte a estas mujeres de los ensayos lo que les preocupa es la ropa, la casa, cosas materiales, o el papel de esposa. No obstante, los ensayos presentan otras dimensiones: la mujer figura como parte de la fuerza laboral , en trabajos tradicionales y nuevos, y algunas participan en los sistemas político y económico. Además, en las aguafuertes sus figuras son representaciones simbólicas de la clase social a la que pertenecen.

Naomi Lindstrom y Beatriz Pastor critican el tratamiento de la mujer en la ficción de Arlt y, en su análisis de Hipólita en Los siete locos, Lindstrom utiliza la opinión de Simone de Beauvoir, quien concluye que "the myth has traditionally been used to constrain women to a limited number of fixed roles and images" (165) y ésto es lo que hace Arlt en su novela. Beauvoir afirma que "each of the myths built up around the subject of woman is intended to sum her up in toto" (254). Es posible decir que Arlt crea sus personajes míticos para representar las instituciones que intenta criticar.

Además de los roles sociales que tiene la mujer en Arlt, se ven otras cualidades de comportamiento que ya llevan dos siglos en formación. En el siglo XVIII según Ellen Pollack, la ideología burguesa insiste en que la mujer sea el ícono de la virtud, y cualquier cambio de esa imagen es un desvío. Pollack define los tipos desafiantes "emerging from the middle class myth" como "the coquette, the prude, pedant, cold and superannuated virgin or the old maid" y éstas "served to ratify the naturalness of feminine passivity by demonstrating the futile narcissism of women seeking the prerogative of masculinity" (3). En cierto modo el autor se somete a este "mito" de la mujer. Se ven estos tipos en toda la colección de ensayos, pero siempre se asocia su personalidad y comportamiento con el matrimonio. Además, el hombre se convierte en un ser débil enfrentado a una esposa, suegra, o novia determinada. En estas circunstancias las mujeres son fuertes y manipuladoras. Aunque es posibe decir que Arlt trata a la mujer desde una perspectiva patriacal, se sabe bien que él no concuerda con la ideología burguesa. Así, si desprecia la burguesía, es lógico pensar que tampoco apoya los ideales patriarcales. También hay que tener en cuenta que Arlt promulga derechos para la mujer, derechos negados por el gobierno argentino. En contraste con las actitudes predominantes, no teme a la mujer capaz e independiente. De esa manera, es posible concluir, como ya mencioné, que Arlt está muy consciente de la mitificación burguesa; y lo que hace es utilizar los varios "mitos" para mostrar que las demandas de la sociedad contra la cual escribe la convierten en una entidad peligrosa y desagradable. La culpa no es de la mujer sino de la sociedad.

En conformidad con los tipos mencionados por Pastor, la coqueta es un tipo que aparece en los ensayos, y Arlt mantiene que el acto de coquetear es una diversión aceptable si la pareja reconoce que es un juego. En "Dos comedias: flirt y noviazgo", Arlt define el coqueteo otorgando la palabra a una mujer que le confiesa que coquetea simplemente para divertirse. En este texto la mujer declara su horror frente a la idea del matrimonio, y el hombre manifiesta que no cree en el amor. Arlt duda que puedan evitar convertir el flirteo en una relación seria. El narrador mantiene que los dos se mienten, y critica la superficialidad del coqueteo; además, observa que en el momento en que la relación se convierte en algo serio, la personalidad de los dos personajes se transforma: "una muchacha que era diablona, arriesgada, capaz de hacer travesuras de toda ley, en cuanto 'está de novia' cambia radicalmente, del día a la noche. Se vuelve seria, modosita, y hace un gesto despectivo cuando se habla de chicas que han sido pícaras como ella" (Martínez 185). Y el novio "se transforma en un ente moral, super moral" (185). El escritor se burla de la hipocresía de la gente que, en realidad, juega con la subversión. Si se considera a la mujer coquetona como "subversiva" en términos del comportamiento de la mujer "decente", lo triste según este artículo, es el hecho de que las coquetas no desafían las normas, sino que fingen una falta de interés en el matrimonio para atrapar al hombre. Además, cuando consigue al hombre, niega su comportamiento anterior y lo declara "indecente". Arlt se burla de la hipocresía de la gente que, en realidad, no es sincera en su comportamiento subversivo. Arlt quiere una subversión verdadera, y quiere apoyar a la gente que no intenta casarse ni seguir las normas patriarcales.

Arlt sugiere que es una invención de la pareja dentro de la tradición burguesa ver a la mujer como "santa" y critica la transformación que tiene lugar en el momento del noviazgo. Dice que tanto el hombre como la mujer se convierten en hipócritas, creando ilusiones de ellos como seres puros. Para el hombre, su novia se transforma en "la intangible inmaculada". (Martinez 184-186) Sin embargo, la líbido del hombre lo convierte en alguien que "huele pornografía en las deliberaciones más inocentes" de su novia. Como resultado de los mitos creados por la pareja, los novios se vuelven irreconocibles. Según Arlt, ese tipo de hipocresía resulta en una relación ilusoria y falsa-- receta para un matrimonio miserable. También, este ensayo indica que Arlt intenta despojar la ilusión mítica de la mujer burguesa.

Hay otro tipo de coqueta aún más peligrosa que utiliza el discurso para atrapar al hombre. "El amor en broma" presenta una mujer cuyo coquetear frustra al hombre hasta el punto de querer trasladarse a Europa para escapar de ella. Dicho ensayo es un "mini-drama" en el cual el hombre trata de echar a la mujer de su departamento. "Ella" rehusa entender sus súplicas. En su manera de hablar, esta mujer desafía las normas del diálogo dentro de lo que se llama el "principio cooperativo" de Grice. Desafiar este principio resulta en una conversación que no tiene sentido. Por ejemplo,

EL: Hace dos horas que tiene que irse. Que le ruego que se vaya. Que deseo que se muera o desaparezca.

ELLA: ¿Y mi título de doctora no vale nada para usted?

y otro ejemplo:

ELLA: Cada vez lo quiero más. Es una monada.

EL: Bueno. ¿Se va o no se va?

ELLA: ¿No quiere almorzar conmigo? (141).

http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v03/Martinez.html

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